Copa Libertadores
Palmeiras se proclamó por segundo año consecutivo campeón de la Copa Libertadores ante el Palmeiras por 1-2 y a Deyverson no se le ocurrió otra forma de perder tiempo que fingir que el árbitro le había agredido.
A estas alturas son pocas las cosas que nos faltan por ver en un terreno de juego, sin embargo, el fútbol nos sigue sorprendiendo a todos y lo que se vio ayer en la final de la Libertadores entre Palmeiras y Flamengo es algo completamente surrealista.
El Palmeiras se proclamó la noche de ayer campeón de la Copa Libertadores tras vencer en la final al Flamengo, es la segunda consecutiva tras la que cosechó en enero.
El partido fue igualado, emocionante y muy interesante, tanto que el partido se decidió en la prórroga. Veiga adelantó al Palmeiras en el 4 y en el 71 Barbosa envió el partido a la prórroga. Nada más comenzar los 30 minutos de añadido, Deyverson puso en ventaja a los verdes en el 94 y a partir de ahí solo le quedaba aguantar el resultado.
Palmeiras, campeón por segundo año consecutivo
Los últimos 25 minutos se le hicieron un poco largos al Palmeiras, que tenía la ventaja y lo único que quería era que el árbitro pitara el final del partido. Tan largo se le hizo que el propio protagonista del segundo gol, que le terminaría dando la victoria al Palmeiras, se inventó una curiosa y surrealista manera de perder tiempo.
Cuando apenas quedaban 30 o 40 segundos para que el árbitro pitara el final del partido, Deyverson fingió una agresión del árbitro, que apenas le dio un toquecito en la espalda para que volviera al juego y el brasileño se tiró al suelo como si le hubiera agredido.
Enseguida jugadores, aficionados y comentaristas se dieron cuenta del papelón que estaba haciendo Deyverson, que enseguida se levantó sonriendo al ver que nadie se lo había tragado, apenas ganó segundos para el reloj pero la acción se quedará para siempre como una surrealista anécdota en la final de la Libertadores que el propio Deyverson decantó para Palmeiras.