Paramotor
Aubert es uno de los mejores deportistas del aire del mundo. Subido a su paramotor ha ofrecido una de las vistas del monumento brasileño más espectaculares.
Les invitamos a un viaje. El lugar más emblemático de Brasil como nunca lo han visto. El Cristo del Corcovado, a vista de pájaro. A bordo del paramotor de uno de los mejores deportistas del aire del mundo, Nico Aubert. Espectacular es quedarse corto.
Nico ha volado por los parajes más bellos del planeta. El mundial de paramotor le llevó hasta Brasil. En Río, ya fuera de la competición, se dio el lujo de observar, desde arriba, a la imponente figura del Cristo Redentor. "La estatua mide 40 metros y te sientes pequeño sobrevolándola. Se me va a quedar para el resto de mi vida", afirma.
Y Nico no ocultó su entusiasmo cuando rodeaba la tercera estatua de Jesús más grande del mundo. ¡Vaya locura! La zona tenía ciertos riesgos. Uno, el poder descender con seguridad si el paramotor sufría una avería ya que sobrevolaba un zona de favelas.
El motor adosado a su espalda no alcanza más de los 40 kilómetros hora. Lo que le deja expuesto en condiciones de tiempo adverso. "Las turbulencias con el parapente podían ser delicadas", explica.
Millones de turistas visitan el Cerro del Corcovado, la mejor perspectiva la tienen quienes lo hacen usando un helicóptero. Otra de las variables que Nico tuvo en cuenta: "Con los helicópteros de los turistas es un momento en que hay más aeronaves". La ventaja de Nico es su sensación de libertad cuando el viento le ayuda en sus vuelos.