Halterofilia
Érika Villaécija quería seguir compitiendo tras retirarse. Por eso, ha cambiado el agua por las pesas.
Es la transición más difícil para un deportista, la retirada. Tras 28 años en el agua, Érika Villaécija dejó la natación, pero necesitaba seguir compitiendo. Y lo está haciendo, pero en seco. Campeona del mundo y diploma olímpico ahora levanta pesas.
Esta es la nueva vida de la exnadadora Erika Villaécija. "Te preparan toda la vida para competir a alto nivel, pero no te preparan toda la vida para dejar de competir a alto nivel. Y es como '¿ahora qué hago'?, explica.
En 2018 dejó la piscina a un lado tras 28 años y aunque su despedida fue muy bonita le tocaba volver a encontrarse. "Era como un duelo, como un vacío, necesitas encontrarte, algo por lo que seguir levantándote cada día", dice. En la halterofilia recuperó esa sensación que tanto necesitaba: "Es el gusanillo de la competición, venir a entrenar, conocer a gente... el día a día de antes".
Erika ha estado en 4 Juegos Olímpicos, fue campeona del mundo y también de Europa. "Has pasado de luchar por una mínima olímpica para unas olimpiadas a intentar levantar un kilo o dos kilos más", dice. Pero la competición la disfruta casi más que antes aunque se parezcan poco los dos deportes. "Es diferente, pero al final los nervios son los mismos", confiesa.
Después de unos años alejada de la natación y encontrándose con la realidad de ver los Juegos de Tokio desde su casa por los que lloró. Ahora Erika no solo compite en el Campeonato de Catalunya de Halterofilia fue quinta el año pasado, si no que volvió a la piscina y conquistó el récord de Europa master de 100 metros mariposa.