Navidad
Hace varios años, en un poblado remoto de Uganda, Henry Ssemaganda, responsable del orfanato de Masaka, pedía ayuda a través de este vídeo casero.
"Estamos en Masaka. No tenemos comida, no tenemos colchones, sábanas...", aseguraba Henry Ssemaganda, del orfanato de Masaka.
Una situación tan repetida como olvidada.
"Queríamos hacer un partido de fútbol pero no tenemos pelota, no tenemos equipación...", explicaba Henry.
Y como no tenían nada, bailaron, el deporte más antiguo del mundo: la mejor terapia contra su pobreza, los conflictos y las enfermedades que les acosan.
La bailarina profesional Karina Palmira les hizo un regalo: su tiempo. Tiempo para enseñarles en este lugar perdido de África, coreografías que hacen brillar el magnífico don que les dio la naturaleza: el ritmo.
Así nacieron los Masaka Kids. Lo que empezó casi como una práctica deportiva se ha convertido en un fenómeno mundial. Y no solo eso. También es su sustento.
Youtube les otorgó hace poco el botón plateado que acredita más de 100.000 seguidores. Y subiendo. Han llegado zapatos, uniformes, colchones y sábanas a este orfanato perdido en medio de África.