UNA HISTORIA DEL FORNITE
Jordan Herzog es un niño normal, pero su vida ha cambiado por el Fornite. Su padre ha decidido que debe dejar los estudios para dedicarse a tiempo completo a los videojuegos.
La razón la tiene un millonario torneo de ese juego. "En el campeonato repartirán 30 millones de dólares", nos cuenta el joven jugador. Él se inició en este mundo a los tres años y, ahora, entrena unas 10 horas al día para conseguir su ansiado premio.
Su habitación se ha convertido en un centro especializado de altas prestaciones. "Sillas 'gaming', una mesa de 1.000 dolares que sube y baja porque necesita una precisión exacta de altura de la mesa", comenta su padre ante la inversión realizada para logar su objetivo, ganar el máximo dinero con los videojuegos.