Fotógrafo
Gerardo del Villar bucea para inmortalizar los océanos. Las profundidades del mar son su inspiración y la vida submarina, el centro de su objetivo. Gerardo está considerado uno de los mejores fotógrafos submarinos del mundo.
"La primera vez que vi un tiburón en Belice sentí amor a primera vista", asegura Gerardo del Villar.
Aunque es díficil de creer no es nada sencillo conseguir que un tiburón venga hacia ti: "Fue amor a primera vista, me di cuenta que no son esos asesinos despiadados", explica el fotógrafo.
La cámara de Gerardo del Villar obró el milagro, consiguió fotografiar a un tiburón que quedará para el recuerdo como una de las mejores fotos a un escualo de la historia, y le costó hacerla, ya que antes de esa realizó otras con un resultaod mucho peor.
Ha sufrido varios sustos
Luego llegaron otras fotos más espectaculares, todas de un hombre que se reconoce miedoso: "Mi pasión es mayor que mi miedo".
Esto no significa que no se ha librado de algún susto: "Llegó un tiburón tigre que se veía amenazado y tuve la suerte de que un buzo le dio con un bastón en la mandíbula", nos cuenta Gerardo.
Gerardo es uno de los mayores divulgadores de la importancia en preservar especies amenazadas. Con su arte muestra la grandeza y la belleza, allí donde otros ven la piel de un bolso o aletas para sopa. Y todo empezó cuando un niño le pide a su padre que le enseñe fotos de su madre fallecida.
"Me enseñó una foto en la que salían ambos vestidos de buzos y ahí se sembró la semilla en mí", cuenta emocionado Gerardo.