Sumo
Lidia Arias se ha convertido en la próxima representante de Argentina en el Mundial de Sumo. La joven ha llegado a lo más alto tras superar todos los obstáculos que la vida le ha puesto por delante. La deportista profesional ha tenido que compaginar el trabajo en la obra para la empresa de su padre con los entrenamientos profesionales en el club.
La argentina necesitaba el dinero para poder pagar su viaje al Mundial de Sumo que se celebrará en Osaka. "Vos necesitás un obrero y yo necesito trabajar", le dijo un día Lidia a su padre, que nunca quiso que trabajara con él.
Un deporte para hombres
El mérito de Lidia no sólo reside en conseguir triunfar en un país en el que el sumo se ve a nivel amateur sino en competir en un deporte mayoritariamente masculino. En el caso de ser sumo profesional japonés, las competidoras quedarían apartadas de la competición al ser consideradas "impuras" por tener la menstruación.
La Asociación de Sumo de Japón actualmente continúa evaluando si habrá modificaciones en esta política hecha solo para hombres.
Ejemplo de lucha
"Muchos creyeron que se podían burlar de mí, pero jamás lo permití. Así crecí tímida e individual", añade Lidia en declaraciones al diario Clarín argentino. Siempre ha tenido como referente a la judoca Daniela Krokower. A pesar de su perseverancia, una caída en bicicleta, engordar 15 kilos y la muerte de su abuelo causaron en ella una grave depresión.
"Otra vez lo descarté", aseguraba. Finalmente tomó fuerzas recién cumplidos los 28 años y cambió su entrenamiento para dar más tiempo al sumo. En la categoría femenina, las rusas y las ucranianas son las que más destacan aunque Lidia intentará batirlas en la gran Mundial de Osaka.