Natación
En su infancia se sumergió en el mundo de la natación y, por motivos ideológicos, decidió empezar a ayudar a rescatar inmigrantes.
Nacido en el País Vasco y criado en Fuerteventura, Eduardo Blasco es todo un ejemplo a seguir. Desde que era pequeño comenzó a dedicarse al mundo de la natación. Poco después, y dado su potencial, comenzó a competir. Llegando a compaginar hasta 3 modalidades distintas, y triunfando en todas ellas.
Lo que hace especial a este nadador es que participa en pruebas de rescate y socorrismo. Y lo que le hace más particular todavía es que es campeón del mundo en la prueba de 50 metros. No satisfecho con eso, ha sido campeón de España en 40 ocasiones.
"Hay que tratar de no normalizarlo"
Totalmente inmerso en el mundo del salvamento y socorrismo deportivo, su mentalidad e ideología, se inmergió en el salvamento real: "Son situaciones bastante impactantes aunque ya lo hayas hecho varias veces hay que tratar de no normalizarlo". Colabora con OpenArms en las misiones que la organización realiza para salvar a los inmigrantes que arriesgan su vida para tratar de hacer la suya una mejor.
"Sabes que les has salvado la vida"
Para él tan solo son actos de responsabilidad, considera que es lo que debe hacer. No lo hace por reconocimiento ni por el qué dirán, tan solo hace lo que el cree que debería hacer todo el mundo, "Sientes que acabas de rescatar a todas esas personas y sabes que a algunas las has salvado la vida".
Junto con el colabora un gran equipo de profesionales, que afortunadamente cada vez es más numeroso. La colaboración y coordinación de todos ellos es fundamental para que las misiones salgan según lo planeado: "Siempre comunicándonos mucho entre nosotros porque en cualquier momento se puede complicar la situación, y eso provocaría un problema aún mayor".
Cada expedición está liderada por un patrón que es quién establece los pasos a seguir en la intervención.
Un sabor agridulce después de las misiones
En la última expedición que han realizado cerca de Italia han conseguido salvar a más de cien personas. El español comenta que la satisfacción que se siente al terminar con éxito su trabajo es indescriptible. Pero es después cuando surge un gran dilema mental: "Por un lado te gustaría que no hubiese rescates y no haber tenido que hacer nada, pero por otro lado te alegra haber estado ahí".
"Viene muy bien estar preparado físicamente"
Y en una actividad tan demandante, estar bien preparado físicamente ayuda: "No es determinante, pero si que viene muy bien estar preparado físicamente". En el caso de Eduardo el ser deportista profesional le ha permitido estar muy bien preparado para afrontar esas misiones tan importantes.
El nadador incita a todas las personas que tengan "algo especial" a que se animen a ayudar y a colaborar para echar una mano a los inmigrantes. De momento, él no piensa parar de entrenar para seguir salvando más vidas.