Boxeo
Deontay Wilder dejó de ser campeón de los pesos pesados a manos de Tyson Fury el pasado sábado en el MGM Grand Arena de Las Vegas. En el séptimo asalto, y con 'Bronze Bomber' sometido a Fury, el entrenador, Mark Breland, tiró la toalla.
Wilder salió al ring con una espectacular entrada disfrazado con un traje tipo armadura que pesaba 45 libras (unos 20 kilos) y con un coste de 40 mil dólares. Con este disfraz "quería rendir tributo por el Mes de la Historia Negra", explicó en una entrevista a 'The Athletic'. "Me lo probé la noche de antes y no lo sentí tan pesado, pero subiendo al ring supe que era un cambio en mi condición corporal. Después del segundo round no tuve piernas", se excusó el púgil norteamericano.
Pero no solo salió descontento por el contratiempo del traje. 'Bronze Bomber' mostró su disconformidad con la decisión de su entrenador Mark Breland de tirar la toalla a escasos dos minutos de terminar el séptimo round. "Soy un guerrero y preferiría morir en el ring que tirar la toalla. Les dije varias veces que si lo hacían, habría consecuencias".
También se quejó de que el árbitro de la contienda no fue ecuánime a la hora de administrar las reglas: "Me dijo que si golpeaba a Fury en la nuca o durante el descanso, me podría descalificar o quitar un par de puntos; pero esas reglas no se aplicaron contra mi oponente porque lo hizo".
Aún así, Wilder dijo estar "contento" porque 'Gypsy King' esté consiguiendo sus objetivos. Además, Tyson Fury mostró su respeto en redes sociales al boxeador norteamericano con un post que dice: "Amor y respeto al compañero de baile del siglo".