VA A CORRER LA 'TITAN DESERT'
"Estás en la mierda y piensas... ¿Peor qué es? Morirte". Xavier estuvo cerca por su drogadicción. Nadie de su familia conocía el problema.
Ni el nacimiento de su hija le cambió la rutina: "Mi mujer estaba con la cesárea y yo me fui solo a mi casa a consumir. Era mi Playstation y LA cocaína".
Hasta que sufrió su última gran crisis en 2013: "No podía parar: taquicardias, temblando... unas paranoias brutales".
Una desintoxicación que duró tres meses en un internado para curar adicciones. La otra ayuda vino del deporte: "Después de pesar 120 kilos y todo lo que me ha pasado, no pensé nunca que fuera al desierto a hacer una carrera en bici".
Adicto... a la bici
Antes de la Titan Dessert de este año empezó haciendo rutas con sus amigos. A Xavier ahora le echaban de menos en casa, pero un motivo más sano. Bromean incluso con su penoso pasado: "Como buen adicto me dicen que hago mucha bici".
Ahora pasará seis días por el desierto marroquí para recorrer 600 kilómetros. Para eso entrena, aunque el reto se acerca y está "asustado". ¿Objetivo? ganar un trofeo que simboliza el espíritu de la carrera: la dureza. Y es que el premio para el vencedor es un fósil. "Voy a volver seguro", avisa.
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