Tour de Francia
Tadej Pogacar conquistó su tercer triunfo de etapa en esta edición del Tour de Francia. A los éxitos cosechados en Longwy y la Planche des Belles Filles, el esloveno suma ahora su sufrida victoria en Peyragudes.
El ciclista el UAE se mostró "muy feliz" de haber podido rematar el trabajo del equipo en la rampa final, aunque sin lograr el objetivo principal de descolgar a Vingegaard. Ahora, Pogacar afronta con la calma de un dos veces ganador de la carrera y el optimismo de un campeón la última gran jornada de montaña del Tour.
"Soy optimista porque el Hautacam es más duro y vamos a seguir intentando recortar tiempo", prometió el pupilo de Joxean Matxín, que ya se negó a rendirse tras la pájara sufrida en el Col du Granon.
"He peleado hasta el último metro por mis compañeros"
"Conseguir la etapa es una recompensa increíble al gran trabajo del equipo. Podemos estar orgullosos y estoy muy contento con esta victoria. Lo he dado todo, por mis compañeros, hasta la línea de meta", agradeció a su equipo tras la jornada.
Y es que Pogacar, que perdió de una tacada a Marc Soler por fuera de control y Rafal Majka por lesión para esta 18ª etapa, tuvo siempre a su lado a un Brandon McNulty que llegó, hasta el kilómetro final, con lo dos más fuertes de la carrera.
"Nos ha golpeado la mala suerte", comentó en referencia a la larga lista de bajas en el UAE. A pesar de ello, Pogacar solo piensa en volver a vestir de amarillo en París. "Pese a las bajas en el equipo, tenemos armas, hay formas de intentarlo y vamos a dar todo para recuperar el maillot amarillo", concluyó.