CICLISMO | AMSTEL GOLD RACE
El danés Michael Valgren Andersen (Astana) sorprendió a los favoritos para imponerse en un alarde de fuerza en la Amstel Gold Race que se ha disputado a lo largo de 263 kilómetros entre Maastricht y Valkenburg, logrando así su segunda prueba del World Tour en la presente temporada.
Valgren, de 26 años, segundo danés en ganar la "carrera de la cerveza" tras el triunfo de Bjarne Riis en 1997, jugó sus cartas con ambición. Con un doble ataque en el tramo final, el segundo de ellos a 2,4 kilómetros de meta, descolocó a los favoritos y solo se llevó a rueda al checo Roman Kreuziger (Mitchelton-Scott), a quien batió en la recta de meta.
A pocos metros finalizó como tercero el italiano Enrico Gasparotto (Bahrain) dando tiempo al pelotón principal, con Peter Sagan, Alejandro Valverde, que acabó quinto, Tim Wellens y Julian Alaphilippe.
El exceso de marcaje y la falta de reacción al ataque de Valgren permitió romper el pronóstico.
La carrera la amenizaron nueve corredores que partieron en fuga con el absoluto consentimiento del pelotón que permitió un retraso de más de 15 minutos a grupo que componían Tankink, (LottoNL-Jumbo), Grmay (Trek), Bono (UAE Emirates), Craddock (EF-Drapac), Riesebeek (Roompot), Dunbar (Aqua Blue), Tizza (Nippo), Smit (Katusha) y Van Hecke (Vlaanderen).
La aventura no preocupaba a los favoritos pero obligó a que los distintos equipos aspirantes al triunfo tomaran cartas en el asunto a la hora de perseguir.
La reacción permitió que el retraso solo fuera de 5.24 minutos a 66 kilómetros de meta Empezaron a ponerse las cosas serias a 55 de meta con el impulso en cabeza de carrera del Sky de Kwiatkowski, marcado en todo momento de cerca por el Quick Step de Gilbert y Trentin.
Caía la ventaja a chorros y ya en la cota de Loorberg apenas pasaba de 3 minutos, en la subida 27 de las 35 que jalonan el recorrido de la Amstel.
Ya hasta meta la carrera entró por la senda de los nervios, con ataques y un endurecimiento del ritmo que asumió el Lotto Soudal por carreteras estrechas y onduladas que exigían atención.
Una caída retrasó al colombiano Rigoberto Urán antes de entrar en la cota de Kruisberg, en un momento de plena batalla al frente del grupo de favoritos. Movistar asomó el frente con Mikel Landa de protagonista.
El alavés tensó a 31 de meta y puso en fila al pelotón principal. Enseguida una réplica de Jon Izagirre anunció el guión hasta el final.Ya no habría tregua.
Sagan volvió a intentar lo mismo que en Roubaix, pero esta vez con distinta suerte. Ante el ataque del eslovaco sus rivales se le echaron encima, no que pareció apaciguar los ánimos.
Pero Kreuziger y Gasparotto fueron los siguientes en intentarlo. Ambos, ganadores de la prueba, jugaron su baza, lo que obligó a un doble esfuerzo a los favoritos, que llegó a permitir una licencia de 30 segundos a los autores del "latigazo", los primeros en alcanzar a los fugados a 16 de meta con todos los ilustres en la persecución Valverde atacó a 13 de meta y el intentó del murciano en el Geulhemmerber hizo daño, creando un grupo de una decena de aspirantes.
Insistió el jefe de filas del Movistar en el último obstáculo, el Bemelerberg, pero el marcaje era férreo.
Los últimos instantes pusieron en evidencia el enorme respeto entre Valverde y Sagan, y en ese marcaje hubo corredores que supieron sacar tajada.
A 5 de meta atacó Valgren por primera vez, con un latigazo contundente,aunque sin éxito. Y a 2 del final llegó el segundo y definitivo mientras los demás se miraban y permitían la maniobra ganadora.
El danés se llegó a Kreuziger, con Gasparotto intercalado con el grupo de los grandes nombres. Valgren, ganador de 2 Lieja-Bastoña-Lieja sub 23 y este año de la Omloop Het Nieuwsblad, su primera gran victoria profesional, no perdonó y aplicó la ley del más fuerte. La mejor cerveza fue para él.