AFIRMÓ SENTIRSE COMO "CHATARRA"
La suya es la expresión de un hombre atormentado. No hacía falta mucho más, pero Ullrich lo quiso dejar por escrito en una entrevista de hace unos meses: se definía como "un montón de chatarra".
Por su casa de Mallorca estuvo viéndole uno de sus mayores rivales, Induráin. Todo transcurría normal, pero el alcohol y las drogas iban a hacer trizas todo su entorno. En agosto, y en un estado no muy sobrio, la policia española le detiene por asaltar la casa de un actor de cine alemán.
Empieza a beber cerveza a las seis de la mañana
Lejos de eso, Ullrich termina en un psiquiátrico tras agredir a una prostituta en Fráncfort. La mujer y los tres hijos del ciclista ya habian abandonado el domicilio familiar. Su entorno describe cómo es un día en su vida: empieza a beber cervezas a la seis de mañana y consume cocaína.
Su éxito acaba enterrado entre un montón de bolsas de sangre en una trama de dopaje a gran escala: la 'Operación Puerto'.