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Alpinismo

Carlos Soria explica la muerte de un sherpa sin ayuda de los escaladores en el K2

El alpinista español arroja luz sobre la polémica muerte de un sherpa en el Himalaya sin que recibiera ayuda de sus compañeros escaladores: "No hay que juzgar a la ligera".

La muerte de un porteador pakistaní en el K2 sigue dando mucho que hablar. Fue víctima de una avalancha y acabó muriendo en el 'cuello de botella' de la segunda montaña más alta del mundo. Sin embargo, un vídeo ha desatado la polémica: Mohammad Hassan murió en mitad del camino mientras otros escaladores pasaban a su lado. Decenas de personas seguían la ruta hacia la cima sin que aparentemente le prestaran ayuda. Después vemos cómo el cuerpo permanece en la nieve sin que nadie lo recoja. Los testigos dicen que el hombre estaba herido en ese momento, pero no está claro cuánto tiempo pasó así, hasta que finalmente murió. Su agonía, según diversos medios, pudo durar unas tres horas mientras unos 130 alpinistas pasaban junto a él.

El accidente se produce a 8.000 metros de altura y en la montaña más peligrosa del mundo, ubicada en la cordillera del Karakórum de los Himalayas. El cuerpo del porteador pakistaní, con un anorak amarillo, yace inerte mientras decenas de montañeros pasan a su lado camino de la cumbre. El escalador español Carlos Soria, con mucha experiencia en la zona, arroja luz sobre la controvertida situación: "Normalmente a 8.000 metros nadie está capacitado o muy difícilmente para bajar un cadáver". Y es que a partir de los 7.000 metros comienza la denominada 'zona de la muerte', donde la vida pende de un hilo: "No se puede juzgar así a la ligera nada", explica el alpinista de 84 años.

Masificación

Mohammad Hassan es una víctima más de la montaña asesina, engrosando así la terrible estadística de un muerto por cada cuatro montañeros que hicieron cumbre. El problema actual es la masificación. Después de atascar y colapsar el Everest, los turistas extremos y adinerados ya se atreven con el mismísimo K2, quizá la cima más peligrosa de la Tierra. "Una temporada como esta han fallecido 17 personas en el Everest", nos explica el aventurero y escritor español Sebastián Álvaro. Y se trata de un negocio inmenso: "En estos momentos tiene un precio de 210.000 euros por persona". Las agencias se comprometen a llevar a gente sin experiencia al techo del mundo. Los sherpas y los porteadores se juegan la vida para que cumplan su sueño a golpe de talonario.