El Salvador
Carlos Guevara ha convertido su deporte, su habilidad, su talento, en un modo de vida. De esa manera mantiene a su familia. Yendo así, de casa en casa, repartiendo huevos. Carlos es un niño de solo 11 años. El niño del monociclo.
Carlos Guevara, de 11 años, hace equilibrios, literalmente, para ayudar al sustento de su humilde familia en El Salvador: "Puedo vender huevos, plátanos, limones, leche... La gente me dice: '¡Se me va a parar el corazón, bájate de esa cosa!'".
Esa cosa, el monociclo, costó diez dólares. Y gracias. En casa no había para una bicicleta. Pero Carlos desarrolló mucha destreza: "A veces me he caído, pero solo me he hecho unos 'rasponcitos'".
La televisión cambió todo
Su pequeño negocio floreció y sorteando caminos de barro ahorraba para la ansiada bici. Hasta que llegó la televisión... y ya no hay monociclo. Ya hay dos bicis, regaladas por gente que vio la noticia.
Y hay más cosas... "Dejó sus zapatos viejitos y ya tiene nuevos. También estrenaron cocina y una bonita cama", relataron en la televisión.
Ahora Carlos sigue estudiando y haciendo recados. Porque su familia continúa haciendo equilibrios para sobrevivir.
Un avestruz persigue a un grupo de ciclistas en plena carretera en Sudáfrica.