Rugby
Dejó de jugar al rugby profesional y su cuerpo terminó así. Después de un serio aviso Tristán Mozimán cambió sus malos hábitos. Tras llegar a los 200 kilos decidió cambiar sus hábitos de forma radical.
"El médico me dijo que no iba a llegar a los 50 años", explica Mozimán.
Hace dos años decidió cambiar radicalmente de vida y, gracias a un equipo de especialistas, comenzó a perder peso.
Mozimán perdió el suficiente peso como para realizar el reto que se había planteado: caminar desde Santander, donde reside como entrenador del Independiente, hasta Madrid para dar visibilidad al problema de la obesidad infantil.
Mozimán llegó a Madrid. Pero todo no acaba aquí. Se trajo a España un proyecto que ya funciona en Argentina: llevar el rugby a las cárceles. Los All Blacks conocieron de primera mano lo que se hace allí. Aquí el "Chucho" trabaja con los presos del penal del Dueso, en Cantabria.