Boxeo
La casa de Dios se ha convertido también en la casa del boxeo. Así lo ha conseguido el padre Antonio Loffredo en una iglesia de un barrio de Nápoles. El objetivo principal es alejar a los jóvenes de la delincuencia y las peleas con el deporte como principal medida.
"No podemos salvarlos con este experimento. Educarles en la resistencia, en la resiliencia en un barrio donde las expectativas de futuro son verdaderamente difíciles", explica el padre Antonio Loffredo.
Decenas de jóvenes participan ya en estas actividades y sus madres ya no tienen que presenciar como sus hijos protagonizan peleas en las calles de la ciudad. "Te diviertes, estás entre amigos y puedes expresar la rabia y la libertad", apunta Nico, un joven que acude a esta actividad y que además sueña con ser músico.
Muchos ven esta medida muy positiva y aseguran que si en otras épocas hubiera existido, mucha gente no estaría ahora en la cárcel. "Tengo amigos que están en prisión. En mi adolescencia no teníamos esto. Si hubieran existido programas como este mis amigos habrían tomado otro camino", asegura el asistente social Davide Marotta.