LIDA ENDESA | UNICAJA 95-89 FC BARCELONA LASSA
Contagiados por el mal continental, los de Georgios Bartzokas sobrevivieron a un pobre encuentro poniéndose por delante en los últimos minutos. Con 75-78 a falta de siete segundos tuvieron el partido en el bolsillo, pero Unicaja forzó la prórroga de manera casi surrealista. Jamar Smith hizo malabares para encontrar a Fogg y el héroe local forzó la falta de Tyrese Rice.
Tres tiros libres que significan una victoria
Tres tiros señalaron los colegiados y un Fogg que ya brilló entre semana en Europa desató la euforia en el Carpena. Con el subidón verde, los de Plaza afianzaron una ventaja en el inicio de la prórroga con la que recuperaron la versión que dominó durante los 40 minutos anteriores.
Con tres derrotas seguidas en la competición continental a sus espaldas, los de Bartzokas no encontraron consuelo esta vez en la Liga Endesa. Ni un Rice en horas bajas (cuatro puntos en la primera parte) supo llevar la manija de un equipo 'tocado'. La falta de efectivos por las bajas busca quién tire del carro, con el base pidiendo ayuda.
Holmes se fue al banquillo con dos faltas rápidas, uno menos para las rotaciones, y el Unicaja no tardó en imponer su intensidad. La fuerte defensa local hizo aflorar las dudas de un Barça sin decisión a la hora de tirar o mover el balón. N'Diaye empequeñeció a Rice y el conjunto catalán salió del partido pese a no caer de más de siete en el marcador (36-29).
En el segundo tiempo apareció de nuevo Holmes, tratando de responder a un desatado Kyle Fogg, aunque fue el finlandés Koponen quien terminó asumiendo el protagonismo anotador de los visitantes. El acierto local mantuvo a Unicaja por delante de un Barça con muchos problemas para anotar.
Por momentos cambió la película, en un atasco malagueño que aprovechó el conjunto azulgrana. Vezenkov y Perperoglou pusieron al Barça por delante, un espejismo que saboreó hasta que Unicaja agarró un partido suyo que se escapaba por momentos. Fogg rubricó su gran exhibición con una prórroga que hizo justicia con el órdago local, sin rival contra la pequeña apuesta visitante.