EUROLIGA | REAL MADRID 83 - 86 FENERBAHCE
El Real Madrid volvió a perder en su feudo, esta vez ante el vigente campeón, el Fenerbahce, que sustentado en los puntos de Sloukas, Datome y Nunnally fue superior y deja al equipo de Laso en una situación más comprometida de cara a los cruces de octavos de final. El Madrid salió espeso en ataque, muy espeso, y a los cinco minutos perdía por un claro 2-14. Sólo dos puntos en cinco minutos.
Todos los planes previos de Pablo Laso saltaron por los aires y el quinteto alternativo que presentó de inicio con Santi Yusta y Jaycee Carroll lo tuvo que recomponer. También cambió el entrenador del Real Madrid el juego interior, dando entrada a Felipe Reyes y Gustavo Ayón para que pusieran orden atrás, porque solo con el trabajo de Taylor en defensa no era suficiente, ante un Fenerbahce que contó con un James Nunnally más que inspirado en los primeros compases.
El buen hacer de Luka Doncic, sus puntos y, sobre todo, el mayor rigor defensivo del Real Madrid obró el efecto deseado y la diferencia comenzó a menguar, hasta que Rudy Fernández con seis puntos consecutivos, un triple y tres tiros libres, logró la igualada a 20 con la que acabó el primer cuarto, tras un parcial de 18-6 entre el minuto cinco y el diez.
Restituido el orden inicial, Madrid y Fenerbahce fue como si comenzaran de nuevo el partido, pero ya con todas las piezas engranadas. Luigi Datome, con dos triples consecutivos, volvió a adelantar al vigente campeón de Europa, pero el Madrid, ya con la lección aprendida, no dejó que los otomanos camparan a sus anchas como en los primeros diez minutos. El Real Madrid siguió defendiendo y se quitó de encima esa sensación de poco poder ofensivo. De hecho una contra de Randolph tras asistencia de Doncic puso una ventaja de 37-34 (min.17), pero además traspasó la sensación de duda al Fenerbahce.
Una defensa zonal y la especial dedicación de Taylor al organizador de juego del rival dieron sus frutos y con el control del rebote, sin pérdidas en el segundo acto (cuando en el primero habían tenido siete), y una aceptable circulación de balón en la ofensiva determinaron el 45-40 con el que los equipos se fueron al descanso. El 7 de 10 en triples del Fenerbahce, incluido uno a tablero desde Estambul de Ali Muhammed al acabar una posesión, y el 5 de 15 en tiros de dos habla bien de la defensa madridista.
Una canasta de Carroll y dos triples consecutivos de Nunnally, 47-46, dejaron bien claro que ninguno de los dos equipos había dicho su última palabra. El equipo de Laso no se desperdigó como en los primeros minutos y tiró de calidad de Randolph, de la altura de Edy Tavares y del trabajo de todos para responder a los turcos, 52-50 (min.23.30).
Fue el momento de la calidad. Kostas Sloukas, Datome, Brad Wanamaker y Nikola Kalinic la pusieron sobre el parqué en cantidades industriales pero el Madrid no se quedó atrás con Carroll, Facu Campazzo, Rudy y Ayón.
El marcador apenas registró ventajas considerables para nadie y el 65-68 con el que finalizó el tercer acto dejó las puertas abiertas a cualquier desenlace. La batuta y los tiros de Sloukas dieron más ventaja al Fenerbahce, 67-73 (min.32), que en el último cuarto dominó con claridad el rebote.
A falta de cuatro minutos para el final el equipo turco dominaba por 71-77 y cada balón pasó a valer su peso en oro. Los dos equipos alargaron las posesiones buscando asegurar canastas que, a estas alturas, fueron todas y cada una trascendentales. Apareció Carroll con cinco puntos consecutivos, apareció Nunnally, 76-79, y Sloukas siguió con su particular recital. También apareció la versión buena de la defensa madridista y el marcador volvió a estrecharse, 78-81 (min. 37.30).
Al menos hasta que Sloukas descerrajó otro triple en la línea de flotación de los de Pablo Laso, 78-84. El entrenador vitoriano puso toda la artillería posible en pista, aún a costa de debilitar la defensa, pero no surgió efecto, pese al triple casi imposible de Rudy desde una esquina, 83-84 a falta de 11 segundos.
El Madrid perdió otra oportunidad de oro para ir cimentando su posición y al perder por 83-86 sumó la cuarta derrota en las últimas seis jornadas. Doncic intentó inventarse una personal de tres tiros al más puro estilo James Harden en la NBA, pero los árbitros no lo entendieron así.