PELEAN CONTRA LA DEPRESIÓN
Aparentemente lo tienen todo, contratos millonarios, fama... pero detrás de ese brillo hay personas que a veces no pueden con la presión del deporte de élite. Miman sus músculos, pero nadie presta atención a su mente. Por eso la NBA va a obligar a que en cada equipo haya un psiquiatra a partir de esta temporada.
Que alrededor de la NBA se mueven dinero, fama y muchos lujos es algo que conocemos, pero también mucha presión y no todos los jugadores la soportan. Alex Abrines es el último caso de depresión en la NBA, el último en reconcocer lo que le pasa a muchos. Por eso, a partir de este año todas las franquicias de esa competición tendrán un psiquiatra, ya los capítulos mentales no son un tabú en esa liga.
"Querido amigo (Alex Abrines al balón), la que me has liado, años y años de una amistad inquebrantable, hasta que empezaste a darme miedo. Incluso llegué a odiarte. Pedí ayuda a los míos y recurrí a los mejores profesionales.", afirmó el español. .
Kevin Love, campeón del anillo en 2016, sufrió un ataque de pánico en pleno partido y acabó tirado en el vestuario. Demar Derozan también alzó la voz: no sabían lo que le estaba pasando, como a Larry Sanders. Todos pensaban que era adicto a la marihuana, pero años después se demostró que la fumaba para pelear contra sus fantasmas.
"Mi mente estaba completamente ida. El corazón se me salía del pecho, el aire no me llegaba a los pulmones. Me metí mi propia mano en la garganta para intentar que entrase aire", confesó Kevin Love.
Por su parte, Larry Sanders, demandaba la ayuda que, en estos casos, es tan necesaria: "No hay nadie intentando guiarte. Enseñándote qué deberías y qué no deberías hacer".
Si ocurren nuevos casos, ya, al menos, sí sabrán qué hacer: a partir del 12 de septiembre será obligatoria su presencia en todos los equipos de la NBA, según adelantó 'The Ahtletic', medio estadounidense especializado en información deportiva, que desveló las intenciones que tiene la liga para atajar este problema cada vez más presente y visible.
El 40% de los jugadores sufre algún tipo de enfermedad mental y sólo el 5% pide ayuda
Pero no solo ocurre en la NBA. Deportistas de elite como Michael Phelps, siendo uno de los mejores deportistas de la historia, confesó todo su sufrimiento: "Una parte de mí no quería vivir. Entonces pensé en el suicidio", señaló. El futbolista Andrés Iniesta reconoció que un año antes de marcar el gol que hizo a España campeona atravesó una depresión que casi le retira del mundo del fútbol.