Ciclismo
Algo tan normal para tantos niños como una bicicleta es un objeto de lujo en demasiados lugares en el mundo, como algunas aldeas del Alto Atlas de Marruecos. Pero ahora, gracias a la Fundación Alberto Contador, 35 niños y niñas, tienen ya su bici. Ha sido el propio Alberto Contador quien se las ha entregado en persona.
No es la primera vez que el proyecto de la Fundación del ciclista Alberto Contador, Bicis Para La Vida, da una segunda vida a bicicletas para repartirlas entre los niños más desfavorecidos. Este mismo año ya lo había hecho con niños ucranianos refugiados en España, pero ahora ha sido él mismo quien ha realizado este viaje tan especial.
Empezó en Pinto, la ciudad de Alberto Contador, donde miembros de la Asociación AMP pusieron a punto las bicicletas donadas a la Fundación Alberto Contador. Fueron 1.258 kilómetros de viaje en coche y furgoneta hasta Algeciras, de allí en Ferry hasta Ceuta y otra vez en coche recorriendo escarpados caminos de tierra, cruzando zonas de barro y hasta ríos para llegar a Tasselnte, Ifoulou y Azzarzan. Allí estaban los chavales destinatarios de estas 35 bicicletas.
"Ver a estos niños te llega al corazón, te emociona"
Nada más repartirlas, Alberto Contador también se subió a la bici e invitó a los pequeños a "echar una carrera". No dejaba de animarles, al grito de "¡Vamos, campeón!". Viendo sus sonrisas, su felicidad por este regalo, Alberto Contador no pudo contener la emoción. Al borde de las lágrimas acertaba a decir: "Esto es espectacular. Aquí hay talento, lo que no hay son posibilidades".
Él mismo llevó a Marruecos 35 bicis donadas a la Fundación Alberto Contador
Estas 35 bicis les abren alguna posibilidad para jugar y también para poder desplazarse hasta los colegios de la zona. Esos niños y niñas no olvidarán nunca la visita tan especial de todo un ganador de Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España, pero menos aún olvidará la experiencia el propio Alberto.
"Viajas a una realidad totalmente diferente en la que lo minúsculo, lo que puede pasar desapercibido en nuestra sociedad, aquí se valora de una manera impresionante. Y ver a los niños te impacta, te llega al corazón, te emociona", reconoce el exciclista español.
Desde luego estos pequeños ciclistas del Alto Atlas de Marruecos y sus sonrisas se han ganado un hueco ya en el corazón del campeón de Pinto.