Apnea
Los agujeros azules son cuevas verticales submarinas tan bellas como peligrosas. Al agujero azul de Dahab, en Egipto, se le conoce como 'el cementerio de los submarinistas'. Es una parada obligatoria para los profesionales del buceo, pero también un peligroso lugar.
"Es una meca para apneístas y buceadores. Una maravilla de la naturaleza", explica Dunia Quintero, récord de España en apnea estática.
Pero su idílica apariencia puede engañar a la vista. Una de las zonas más atractivas en su interior es la más peligrosa.
"Sobre los 55 o 60 metros de profundidad hay un pasadizo, un pasillo, que conecta el agujero con el mar abierto. Y es lo que se llama el arco. La cantidad de muertes que ha habido en su interior", advierte Quintero.
Se calcula que cerca de 100 buzos han muerto en este peligroso lugar. Las autoridades egipcias hablan de unos 40 fallecidos.
"Nos dejamos llevar sin tomar las precauciones necesarias. Debemos conocer nuestros límites", indica Quintero.
La orientación de la cueva hace que muchos no encuentren la salida. La muerte más impactante fue la de Yuri Lipski en el 2000. Grabó como perdía su propia vida intentando encontrar una escapatoria.
"Hay un pequeño altar donde están escritos los nombres de muchos de los fallecidos", explica Quintero.
Aunque la historia de este pozo de Dahab asuste, sigue siendo uno de los lugares más visitados de Egipto.