Montañismo
La joven de 23 años se convierte en la mujer más joven en completar los 14 ochomiles. Ha tardado sólo 3 años en completar el reto al que aspira todo apasionado de la montaña.
Adriana Brownlee, una destacada escaladora británica con raíces españolas, ha conseguido un nuevo récord Guinness al convertirse en la mujer más joven en coronar las 14 montañas más altas del planeta, conocidas como ochomiles.
Su última cima, el Shishapangma (8.027 metros), fue alcanzada en octubre de 2024, completando así su extraordinaria hazaña. La joven ha reconocido a Antena 3 que poco antes de hacer cumbre en la última que le quedaba se puso a llorar porque, además, lo hacía por primera vez sin oxígeno suplementario.
"Una hora antes de llegar a la cumbre me puse a llorar porque sabía que lo iba a conseguir, además, sin oxígeno suplementario"
Brownlee, de madre nacida en Alcoy (Alicante) y padre británico, comenzó a escalar desde temprana edad en España, país que fue testigo de sus primeras aventuras en la montaña: "Siempre sentí una conexión especial con las montañas gracias a mi padre", comentó Brownlee. Desde pequeña mostró una gran pasión por la aventura, lo que la llevó a desafiar los picos más imponentes del mundo. Gracias a su padre, antes de los 18 había subido el Elbrus, el Kilimanjaro y el Aconcagua.
Con tan solo 23 años, Adriana completó el ascenso a los 14 picos que superan los 8.000 metros, un logro que solo un grupo reducido de escaladores ha podido alcanzar. Sin embargo, su objetivo inicial de convertirse en la persona más joven en lograrlo se vio superado por el nepalí Nima Rinji, quien a sus 18 años también coronó el Shishapangma durante la misma expedición. A pesar de ello, Brownlee afirmó: "Para mí, el verdadero triunfo es haber completado este viaje increíblemente difícil y desafiante".
No es la primera vez que Adriana hace historia en el mundo del montañismo. A los 21 años ya había batido récords al convertirse en la mujer más joven en escalar el Everest y el K2, dos de las montañas más temidas por los escaladores. "Cada cumbre ha sido una lección de vida", comentó sobre su experiencia, "escalar es una lucha tanto física como mental, pero cada vez que llego a la cima siento que todo ha valido la pena".
"Una vez que conseguí el Everest me di cuenta que el montañismo es como una droga"
"Una vez que conseguí el Everest, me di cuenta que es como una droga, quieres seguir subiendo montañas". También ha relatado a Antena 3 Deportes, en perfecto castellano, cuál fue el peor momento de los 14 ochomiles.
Bajando de la cumbre del Dhaulaguiri junto a un sherpa, empezó a ver sombras y a perder energía. Se dieron cuenta de que ninguno de los dos tenía oxígeno. Tampoco tenían radio para avisar de su estado y su GPS no funcionaba. Tardaron 32 horas en bajar al campo base. Les dieron por muertos. "Cuando logré hablar con mis padres me dijeron que estaban preparando mi funeral".
"A 8.200 metros, en la zona de la muerte, sin oxígeno, sin radio... lo único que piensas es en que vas a morir"
A lo largo de su carrera, Brownlee ha demostrado una determinación inquebrantable. Desde su primera escalada junto a su padre, con quien completó el desafío de los Tres Picos del Reino Unido a los 9 años, hasta su reciente récord, su historia es un ejemplo de esfuerzo y pasión. "Siempre me han enseñado que los límites están para superarse". Con este nuevo logro, Adriana Brownlee se consolida como una de las figuras más destacadas del alpinismo internacional, inspirando a futuras generaciones de escaladores a seguir sus pasos.
Actualmente vive en Katmandú, donde regenta junto a su pareja Gelje Sherpa, una agencia (Agaadventures) que intenta luchar contra el turismo irresponsable en el Everest, admitiendo solo a clientes que acrediten experiencia en alta montaña.
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