Reto solidario
El reto era subir y bajar sin parar el faro de Chipiona durante doce horas seguidas y recaudar el máximo de fondos para la lucha contra el cáncer.
Abel Mansilla ha sumado un nuevo reto deportivo en su carrera: subir y bajar durante doces horas sin parar el faro más alto de España, el de Chipiona, que está entre los diez más elevados del mundo.
Un total de 322 escalones, 69 metros de altura y 45 kilómetros recorridos en vertical. De la alegría del comienzo, Abel pasó a momentos más complicados cuando con el paso de las horas la debilidad física empezaba a aparecer.
Dolores musculares y bajón mental que le hicieron dudar de si podría o no completar la hazaña, pero pronto pudo remontar para seguir el reto. Él mismo señala la sensación de agobio que sintió al verse encerrado en un espacio tan estrecho, sin apenas poder salir a la calle.
Desde el exterior vecinos de Chipiona y amigos animaban a Abel durante sus subidas y bajadas, unos ánimos que le daban la fuerza para no rendirse a pesar del esfuerzo y del cansancio. Al terminar se sentía contento y daba las gracias a quienes le habían apoyado durante tantas horas. El objetivo del reto ha sido un fin solidario: ayudar en la lucha contra el cáncer.
Desde hace algunos años, Abel ha convertido su afición por el deporte en un acto de solidaridad. Suma varios retos en su currículum deportivo que ha transformado en recaudaciones económicas para ayudar a luchar contra esta enfermedad.
Otro de los retos que ha superado ha sido caminar durante 24 horas sin parar por Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, con el que juntó tres mil quinientos euros, y también cruzar la isla de Fuerteventura de punta a punta caminando sin parar, un esfuerzo con el que consiguió nueve mil euros donados íntegramente a la Asociación Española contra el Cáncer.
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