EN SEGOVIA
El chorro propulsado desde las emblemáticas fuentes de los jardines del Palacio Real de La Granja (Segovia) han comenzado a brotar este miércoles al paso de los 5.000 visitantes que han acudido a deleitarse con unos juegos de agua que perviven desde su construcción en el siglo XVIII.
En sus orígenes, entraban en funcionamiento de una en una, y lo hacían al paso del rey Felipe V, quien las mandó construir y este miércoles, con motivo de la festividad de Santiago, patrón del país y del arma de Caballería, ha sido una bandera de España, en sustitución del monarca, la que ha dado la señal a los operarios para que activaran el sistema hidráulico.
A las cinco y media de la tarde el agua ha brotado desde la primera fuente barroca del conjunto monumental, La Selva, y tras diez minutos en funcionamiento ha pasado el testigo a la denominada Carrera de Caballos.
Después ha comenzado el espectáculo en el Canastillo, Ocho Calles, Las Ranas, Baños Diana y, por último, La Fama, que impulsa el agua hasta una altura de 47 metros. Todas ellas fueron elaboradas en plomo pintado, imitando al cobre, con detalles dorados, figuras y objetos que reflejan diferentes alegorías y escenas de la mitología clásica.
Año tras año los visitantes salen impresionados de esta mágica combinación de arte y agua y ello se debe a que en estas fuentes se ha logrado conservar y mantener la esencia del que fue "el mejor sistema hidráulico del mundo", capaz de generar todavía hoy "un espectáculo único", según el encargado en Patrimonio Nacional de las fuentes, Luis Vallejo. Tal y como ocurría hace cerca de 300 años uno o varios operarios, en función de la fuente, se encargan de girar las palancas hasta que comienza a salir el agua, impulsada por la gravedad y sin ningún tipo de motor o tecnología.