LOS ARTISTAS TRABAJAN SIN DESCANSO
En los talleres el ritmo es frenético, es la hora de los últimos retoques: se pinta y se lija a toda velocidad. "Son estos pequeños detalles en los que luego se va a fijar la gente", dice uno de los trabajadores.
Las falleras revisan el trabajo y los artistas no dejan escapar la crítica de última hora. La situación económica es uno de los objetivos preferidos. Una de las Fallas muestra a un Rajoy sobre un dominó de la Unión Europea o un Zapatero sometido al veredicto de la "Señora elecciones".
Mientras, en la calle ya se pueden ver las piezas más imponentes. Como un rompecabezas, las fallas van cogiendo forma. El traslado de las piezas se hace por la noche y algunos de los ninots pesan varias toneladas. El más mínimo error puede echar a perder el trabajo de todo un año. "Hay que tener mucha tranquilidad y precisión", asegura Manolo, uno de los artistas.
La fiesta acaba de conseguir la candidatura para ser declarada por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por su arte y la sátira que desprenden los casi 800 monumentos que ya se están plantando en las calles.