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Francia

La trepidante vida de Jósephine Baker, primera mujer negra que entra en el Panteón de París

La bailarina y cantante, nacida en Estados Unidos, se convierte en la sexta mujer, y primera de color, que entra donde reposan las mayores glorias de la cultura francesa. Repasamos su trepidante vida.

Freda Josephine MacDonald -su nombre original- nació en St. Louis, Misuri, el 3 de junio de 1906. Su padre, un músico que tocaba en bares, abandonó a la familia, y su madre, mitad negra y mitad india, trabajaba como lavandera.

La pequeña Josephine empezó a trabajar a los 8 años. A los 14 años ya se había casado y separado dos veces. Una infancia muy dura en la que llegó a vivir en la calle y comer de la basura. Una vez contó que empezó a bailar para entrar en calor en las frías calles de St. Louis. Allí se unió a un grupo de vodevil y luego a una compañía de bailarinas con la que se fue a Nueva York. Fue en la Gran Manzana donde la ficharon para actuar en el primer espectáculo formado sólo por artistas negros en París.

Cuando pisó el mítico Folies Bergère tenía 19 años y un escaso atuendo, compuesto por un sostén y una falda hecha con plátanos que dejó a todos boquiabiertos. Su manera única de bailar la convirtió en sólo una noche en la sensación de París y marcó el inicio de la fascinación de los franceses con la 'Venus de Bronce'.

Rechazó actuar donde los negros no pudieran entrar

Baker era única. Una estrella de raza negra convertida en icono de moda que paseaba por las calles de la capital francesa con un leopardo. Y una mujer valiente que luchó contra las políticas segregacionistas. Fue la primera que en sus espectáculos exigió que el público pudiera mezclarse. Y rechazó actuar donde los negros no pudieran entrar. Pero mientras el mundo la idolatraba, en Estados Unidos hoteles y restaurantes le cerraban sus puertas.

Demostró, una vez más, su valentía durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Se puso el uniforme para actuar ante las tropas y aprovechó su fama para convertirse en espía. Charles de Gaulle la condecoró con la Legión de Honor y la Medalla de la Resistencia.

Se casó 4 veces y adoptó a 12 niños

Incansable activista por los derechos civiles volvió a Estados Unidos para participar en la Marcha en Washington junto a Martin Luther King. Baker fue la única mujer que se dirigió a la multitud.

En la intimidad, Jósephine Baker se casaría otras dos veces más y adoptó a 12 niños, de todas las nacionalidades, para formar lo que llamó su 'Tribu Arcoiris'. La artista terminó en la bancarrota y pasó sus últimos años en Mónaco gracias al apoyo de Grace Kelly. Allí es donde fue enterrada cuando en 1975 sufrió un derrame cerebral.

Francia ahora la honra con un solemne memorial y una placa en el panteón de París. Los restos de Joséphine Baker no estarán en ese ataúd que suba por la rue Soufflot. Contendrá kilos de tierra extraídos de los cuatro puntos cardinales de su vida: Saint-Louis, París, Milán y Mónaco. Pero la bailarina exótica de raza negra será recordada junto a Voltaire, Victor Hugo, Marie Curie o Jean-Jacques Rousseau.

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