Tomatina
Este año, más 120.000 kilos de tomate, como munición de esta fiesta, que tiene casi 80 años de historia
Como manda la tradición, el último miércoles de agosto Buñol celebra su "gran guerra". En cuestión de horas, comenzará la Tomatina 2024. Durante 60 minutos, kilos y kilos de tomate van a volar por los aires, tiñendo de rojo las calles del municipio valenciano. Sergio Galarza, concejal de la Tomatina del Ayuntamiento de Buñol, nos cuenta que este año participarán siete los camiones y entre 120.000 y 150.000 kilos de tomates.
Lo destacado en esta edición es que, por primera vez desde hace muchos años, el cultivo y el transporte del género han sido encargados a una empresa valenciana. El tomate que se utiliza es de pera.... y no apto para el consumo: se planta exclusivamente para la Tomatina. Salvador Rives, como gerente de Frutas Massanassa, la empresa suministradora, destaca la importancia de su labor: "Estamos orgullosos de hacer esto, es una gran responsabilidad. Hemos cultivado los tomates desde abril". Añadir que no son peligrosos, se han conservado con tratamientos y condiciones adecuadas para que puedan utilizarse este día.
El concejal explica la organización previa al evento, el día de antes los siete camiones se han desplazado a un almacén del municipio. El peso del tomate va creando un líquido, la merma. Como solución, se debe abrir un poco la parte trasera del camión para que caiga ese líquido y, así, evitar que se acumule el agua durante la noche previa a la Tomatina. De esta manera, no se crea "una piscina de tomate y agua". Galarza aconseja cómo utilizar la munición: "Primero hay que coger el tomate y aplastarlo; después buscar un objetivo y lanzarlo".
Para participar en este evento se debe comprar previamente la entrada. También existe la opción de subir a los camiones, una novedad que nos cuenta Virginia Sanz, alcaldesa de Buñol: "Los participantes de fuera siempre nos pedían subir al camión. Un privilegio que hasta ahora solo tenían los residentes de Buñol". En este caso, desde los camiones se lanzan los tomates, y el precio por disfrutar de ello es desorbitado: hay quién llega a pagar 500 euros.
Este año van a ser más de 20.000 personas las que disfruten de esta batalla sin descanso. Un aforo que se ha reducido desde 2013, año en el que se llegaron a acumular 40.000 personas. Según Galarza, por miedo y seguridad, se acortó espacio en la plaza donde se celebra la Tomatina.
Es una fiesta conocida internacionalmente. En las calles de Buñol cada vez es más habitual ver extranjeros. Denominan esta batalla como "amazing", incluso hay turistas que se encuentran "in love". Desde luego, no recomendable para los más escrupulosos. La alcaldesa confiesa que quizá "pueda dar un poco de opresión el tomate", pero tiene que es "una fiesta en la que hay que pensar simplemente en disfrutar". Y eso mismo hacen todos los asistentes a esta tradicional Tomatina.
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