BESOS LÉSBICOS, PECHOS AL AIRE, ALUSIONES AL NAZISMO....
No hay que tener miedo, se lee en su espalda. Por eso, al girarse, Madonna muestra uno de sus pechos, para alborozo de sus fans.
Es la última provocación de la "ambición rubia". Lleva cuatro conciertos en su gira europea y ya ha tenido tiempo de protagonizar un beso lésbico en Emiratos Árabes, donde está prohibida la homosexualidad, de relacionar al político francés de ultraderecha Le Pen con el nazismo, por lo que le ha puesto una demanda, y de llenar su escenario de monjes, demonios y un gran botafumeiro, al estilo del de Santiago de Compostela.
¿Estrategia calculada? Algunos lo ven así. Su último disco arrasó la primera semana de ventas, 360.000 copias, pero se hundió después."Todos somos seres humanos", decía ella en Israel. "Cristianos, musulmanes, homosexuales, heterosexuales, blanco o negros... Todos queremos amar y ser amados", concluía su reivindicación por la tolerancia.
Mañana actuará en Roma. En el 2006, apareció crucificada y con corona de espinas. ¿Volverá a invitar, como hizo entonces, a su concierto al Papa?Que se preparen en Barcelona, donde tocará la semana que viene.