Opinión
La presentadora de Espejo Público explica la sorpresa que se llevó este año al llegar a casa el día de San Valentín y la respuesta que recibió al contarlo en las redes sociales.
No suelo contar cuestiones personales. Ni aquí ni en la tele. No es mi estilo. Más allá de alguna anécdota aislada, no suelo hablar de mi vida personal y todavía menos familiar. Siempre he protegido a mis hijos. Y he sido muy beligerante, incluso en los tribunales, cuando se han publicado imágenes suyas sin velar su rostro o al menos sus ojos. Hago este preámbulo porque hoy voy a hacer una excepción. Espero que me perdonéis.
Esta semana hemos celebrado San Valentín. Y yo, en Espejo Público, me he cachondeado de algunos regalos, el típico cojín en forma de corazón, por ejemplo. Y me he llegado a preguntar cuántos acabarían en Wallapop, como pasa con algunos horribles regalos de boda.
Pues bien, al llegar a casa me encontré con un bello ramo de rosas. Y colgué la foto en Instagram con el comentario “y yo renegando de San Valentín”.
Inmediatamente después, alguien escribió “espero que éste te dure”. Y me pregunto: ¿este tipo de comentarios se hace a los hombres o forma parte de esos micromachismos que nosotras tenemos que tolerar y callar?