Exposición Universal de 1992
Han pasado ya 30 años de aquel 20 de abril que Sevilla nunca olvidará. A las 12:15 y con el repique de las campanas de 38 iglesias se dio por inaugurada la Exposición Universal de 1992.
El 20 de abril de hace 30 años el repique de campanas de 38 iglesias sevillanas marcaron el arranque de la Exposición Universal de 1992 que hoy hechando la vista atrás se confirma fue la llave que sirvió a España para entrar en el SXXI, además de cambiar la fisionomía de la ciudad.
A las 12:15 horas de aquel 20 de abril el rey Juan Carlos I declaró inaugurada la Expo92 que duró 176 días e hizo que los sevillanos conocieran, entre otras cosas, el primer tren de alta velocidad de España que, desde entonces, une a la capital de Andalucía con Madrid. El recinto elegido, el de la Isla de la Cartuja, debe su nombre a que en 1400 se fundó en esta zona el monasterio de Santa María de las Cuevas, de la orden de los cartujos, lugar de residencia y primer enterramiento de Cristóbal Colón, un lugar que en el siglo XIX pasó a ser una fábrica de porcelana y loza.
Curro pasó a formar parte de las conversaciones de todos los españoles, la mascota de la Exposición diseñada por el alemán por Heinz Edelmann se convirtió en uno de los iconos de la muestra junto con el monorrail, el telecabina o los puentes del Alamillo, de la Barqueta, el Cachorro y la pasarela de la Cartuja, infraestructuras fundamentales de la Sevilla actual. Nadie sabía muy bien si Curro era un pájaro, sin alas y con patas de elefante o otra cosa, pero lo cierto es que aún hoy nadie lo olvida, al menos en Sevilla.
La Expo 92 acogió a unos 20 millones de visitantes, la inmensa mayoría anónimos pero algunos muy conocidos desde todos los ámbitos, como los 17 jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos, el entonces presidente ruso, Mijail Gorbachov, personajes de la Cultura como Gabriel García Márquez, o de la realeza como el príncipe Carlos de Inglaterra y Diana de Gales o Carolina de Mónaco. Participaron 30 países europeos, 33 americanos, 21 asiáticos, 20 africanos, 8 de Oceanía, así como las 17 comunidades autónomas y 23 organismos internacionales, junto a seis empresas con pabellón propio, todos ellos intentando recoger los aspectos culturales, tecnológicos y lúdicos.
El núcleo central de la Expo estaba formado por cuatro pabellones temáticos, el Futuro, el Siglo XV, la Navegación y la Naturaleza, y destacó la Plaza de las Américas y el Pabellón de España, unos lugares por cuyos rincones pululó un peculiar pájaro blanco con pico en forma de cono y una cresta con colores de los cinco continentes.
Fueron 6 meses de gloria que dejaron también algún susto como los dos incendios en pabellones y un barco hundido con una mascota a bordo que no volaba. Tras esos 6 meses casi todo se subastó.