Reyes
La Dulcería Colomar lleva 75 años elaborándolos en Las Palmas de Gran Canaria.
Su receta puede ser tan sencilla o complicada como se desee pero el secreto, nos confiesa Bernardo Colomar, "está en la masa". Tras décadas elaborando uno de los mejores roscones en la capital grancanaria, tiene claro que preparar la masa con cariño y de la forma tradicional, "es lo que marca la diferencia".
Nos enseña los ingredientes principales: manteca, mantequilla, canela, limón… Los aromas del obrador de Colomar inundan toda la estancia mientras la máquina hace solo una parte del trabajo, la más importante pero también la más sencilla. Una vez la masa esté lista, todo lo demás es un trabajo manual.
Una cuadrilla de pasteleros se dividen las tareas para separar la masa en porciones similares, de 1kg cada una, otro se encarga de colocar en el interior las famosas "figuritas": el rey y el haba. Uno hará que el agraciado se corone rey y otro obligará al "afortunado" a pagar el roscón, es lo que marca la tradición.
Se hace el agujero en el centro y se crea la forma de roscón. "Se intenta que sean más o menos parecidos pero cada uno es diferente", explica. Luego se coloca la fruta dulce y se deja reposar 4 horas ya preparado para hornearlo.
Una bandeja de roscones pasará a penas 25 minutos en el horno, puede terminar 160 roscones en menos de 2 horas, y deben hacerlo, pues las expectativas de venta para este año, como en otros anteriores, superan las 2700 unidades.
Una vez sale del horno, sólo queda partirlo por la mitad, si se desea, para rellenarlo al gusto. Una característica que diferencia esta dulcería es que el roscón se personaliza en el momento de comprarlo y todo el producto es totalmente fresco. Se puede incluso encargar medio roscón sin rellenar y otro medio con nuestra crema favorita.
La nata siempre es la más elegida, "la estrella es la nata, es la que más piden". Pero este año Colomar ha querido ofrecer, además de los sabores de siempre: crema, trufa o turrón; otros más innovadores. "Hemos añadido sabores nuevos, como pistacho, para sorprender con algo diferente", asegura.
Aunque se empiezan a vender estos manjares navideños desde días antes del 6 de enero, fecha en la que es tradición su consumo, algunos apuran hasta el día antes para ir a comprar el suyo, esto provoca colas más largas que las de la lotería por fuera de las dulcerías Colomar. Así ha sido en todos los años en los que Bernardo ha estado al frente del negocio y así debe ser: "esto es así: según van llegando, les vamos atendiendo".
La elaboración artesanal de este dulce es una tradición que ha pasado en la familia Colomar por tres generaciones, los hermanos que hoy no paran de prepararlos querrían que la tradición pudiera continuar y no termine con ellos. El roscón de Colomar es el auténtico Rey en Las Palmas de Gran Canaria.
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