En el teatro Campoamor
La capital del Principado de Asturias, Oviedo, ha celebrado este viernes la trigésimo octava ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias, la quinta de Felipe VI como Rey. Una gala en la que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial han querido evidenciar su respaldo a la Corona tras la reciente reprobación del Parlament al jefe del Estado.
Este año, como novedad, ha acudido el presidente del Tribunal Supremo de España y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes. La magistratura se une así a la tradicional presencia de representantes del Gobierno y de las Cortes Generales. En representación del Gobierno central han acudido la vicepresidenta Carmen Calvo y los ministros Pedro Duque, Teresa Ribera, María Luisa Carcedo y Josep Borrell. También ha acudido, como viene siendo habitual en las últimas ediciones, la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor.
La edición de este año ha contado, nuevamente, con las ya tradicionales manifestaciones en las inmediaciones del Teatro Campoamor de las denominadas 'Marchas de la Dignidad', con criticas a la monarquía y a la gala, mientras a pocos metros se concentraban ciudadanos entre banderas y vítores a los reyes. También pudo observarse la presencia de representantes de la plataforma de policías y guardias civiles por la equiparación salarial 'Jusapol'.
Tras los asistentes y los galardonados, los Reyes Felipe VI y Letizia se adentraron en el teatro acompañados por la Reina Sofía, como suele ser tradición, donde les recibieron el presidente del Gobierno del Principado, Javier Fernández y el alcalde de Oviedo, Wenceslao López, entre otras autoridades. Felipe VI con traje negro y corbata en tono burdeos; Letizia de vestido en largo midi con pedrería en varias gamas de grises. La reina Sofía escogió un traje de falda y chaqueta en blanco roto.
Las gaitas entonando el himno de España y un sonoro aplauso sirvieron de arranque a la gala. A continuación se dio la bienvenida al escenario de los galardonados de este año: Sylvia A. Earle (Concordia); Amref Health Africa (Cooperación Internacional); Michael J. Sandel (Ciencias Sociales); Reinhold Messner y Krysztof Wielicki (Deportes); Alma Guillermoprieto (Comunicación y Humanidades); Martin Scorsese (Artes) y Svante Pääbo (Investigación científica y técnica). Significativa fue la ausencia de la escritora francesa Fred Vargas, que por problemas de salud no pudo acudir a recoger el Premio Princesa de Asturias de las Letras, aunque fue recordada con palabras de afecto por el Rey en su discurso.
Entre los discursos, uno de los más esperados y aplaudidos fue el del cineasta neoyorquino Martin Scorsese, Premio Princesa de Asturias de las Artes, quien ha defendido mantener el cine en un "lugar de honor" dentro del arte, además de la "libertad" que lleva a la creación alejada de los ganchos comerciales. La reportera mexicana Alma Guillermoprieto, por su parte, ha hecho un alegato en defensa del periodismo. La Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades ha advertido de que el mundo moderno, el mundo entrelazado, sería "imposible" sin un periodismo "poderoso, bien financiado y respetado por los gobiernos".
Por su parte, el filósofo Michael J. Sandel, galardonado en la categoría de Ciencias Sociales, ha apelado a la conciencia y responsabilidad para que los ciudadanos, "independientemente de sus antecedentes o circunstancias sociales", se hagan "preguntas difíciles sobre cómo debemos convivir en un momento en el que la democracia se enfrenta a tiempos oscuros".
Además, la oceanógrafa Sylvia A. Earle, reconocida con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia, ha insistido en la importancia que tiene el océano en muchos aspectos de la vida, al ser "motor" del clima, generador de oxígeno y hogar de la mayor parte de la vida en la tierra. "Un océano con problemas significa que nosotros tenemos problemas", ha advertido.