Barcelona
El Santo Cristo de Lepanto es probablemente la imagen más venerada de Barcelona. Ahora, unos trabajos de restauración han sacado a la luz que la tonalidad del Cristo no es negra, sino blanca.
Sale a luz sorprendente información sobre el Santo Cristo de Lepanto de la Catedral de Barcelona tras los trabajos de restauración realizados. La imagen más venerada de la ciudad condal ha regresado a su templo con un nuevo aspecto, pues ahora se muestra con su verdadero color de piel que no es negro, sino blanco.
Así, el conocido popularmente como Cristo negro de Barcelona poseía realmente una capa de humo, suciedad acumulada y barnices que cubrían su piel e impedían que se vislumbrase el auténtico color que recorría por toda la escultura. Los fieles y los responsables eclesiásticos habían sido así engañados antes de que se manifestase este inesperado descubrimiento, explicado este miércoles durante una rueda de prensa en el Museu Diocesà por Santiago Bueno, el deán catedralicio. Junto a Robert Baró, el conservador de patrimonio, Esther Gual y Ana Ordóñez, ambas restauradoras de la talla, Santiago Bueno ha señalado que este hallazgo es "una sorpresa maravillosa".
"Sería un pecado volverla a ensuciar"
Desde el año 2020 se estaban realizado los trabajos de restauración con el Santo Cristo de Lepanto y gracias a las labores de conservación del patrimonio artístico se ha podido conocer la iconografía original, de tonalidad blanca, que la talla lucirá a partir de este momento. También, Santiago Bueno ha manifestado que "sería un pecado volverla a ensuciar", según informan desde la agencia de noticias 'EFE'.
Podría ser un Cristo gótico, no renacentista
El grupo de investigación implicado en los trabajos de restauración de esta imagen tan ensalzada por los fieles barceloneses también está pendiente de confirmar otra novedad con respecto a la talla, pues valoran si realmente el Santo Cristo de Lepanto fecha del siglo XVI. Según los restauradores, la imagen podría pertenecer al siglo XIII, por lo que de corroborarse este planteamiento la escultura habría sido burilada tiempo antes de lo que los historiadores pensaban.
A partir del siglo XX, esta imagen empezó a adquirir la tonalidad negra por esa capa humo y suciedad acumulada que ocultaba la policromía original, "que era de muchísima calidad", según ha explicado Robert Baró.
Ana Ordóñez, la restauradora implicada en la talla, ha destacado que con la utilización de agua destilada caliente y una goma de borrar se consiguió retirar fácilmente esa capa negra que lo encubría.
Según la tradición, El Santo Cristo de Lepanto de Barcelona se encontraba en la nave capitana de la Batalla de Lepanto de 1571, en la que se pretendía frenar la expansión turca sobre el continente europeo. Se cree que la inclinación en el cuerpo de la talla escenifica el momento en que esquiva una bala o también puede ser una forma de ocultar una brecha abierta en el navío.