Feria del Libro
Las librerías ya no solo venden libros, sino que ofrecen una experiencia personalizada en la que compartir y disfrutar es el mayor objetivo. Este nuevo modelo de negocio está proliferando pese a los que auguraban el fin de las librerías.
En los locales en los que antes se vendían bolsos o se cortaba el pelo a los caballeros, ahora hay librerías. "Todavía hay gente que pasa por aquí y pregunta si no había un negocio de maletas", señala Sergio Mejías, de la librería Lecturas de Chester. "La atmósfera que se crea es muy apropiada para el lector, hay máquinas de escribir, suena jazz... cruzar la puerta y sentir la vivencia, de vivirlo, de hablarlo, de comunicarte", añade María Fernández, de Crazy Mary Librería & Co.
Se trata de libreríasen las que prima el trato personalizado y que están proliferando en España. Los clientes saben que no tendrán el libro que quieren en el momento, pero que en dos días lo tendrán, tal y como señala Sergio: "Vienen, nos lo piden y eso ya está funcionando muy muy bien. Cada vez mejor".
Crear ambientes acogedores donde, además, podemos palpar el producto. Este es uno de los hechos diferenciales de las nuevas librerías que están proliferando en nuestro país. Son espacios de intercambio donde, junto a la venta de libros, se organizan otro tipo de actividades.
Es el caso de otra librería instalada en un palacio del siglo XIX, como se puede ver en el vídeo: "Tú puedes venir a pasar tu tarde. Te tomas un café, luego como, te has apuntado al club de lectura, compartir lecturas con el resto de los alumnos".
¿Cómo son los clientes de las nuevas librerías?
Según los dueños, estos clientes son bastante heterogéneos, desde gente bohemia mayor, a la que le gustan las librerías, a gente joven que empieza ahora leer en formato físico. Uno de esos clientes que no falta a su cita diaria es Jaime, de 92 años y librero de profesión: "Aquí la gente compra ya casi a la fuerza porque el ambiente es muy bueno".