Joan Margarit
Joan Margarit
Joan Margarit, reconocido poeta y literario, ha fallecido este martes a los 82 años a causa de un cáncer linfático. El escritor, el primero en lengua catalana en ganar el premio Cervantes, escribió una treintena de poemas que le valieron el reconocimiento del público y que le llevaron a ganar numerosos galardones, como el Premio Nacional de Poesía en 2008.
'Estación de Francia', fue su primer libro en edición bilingüe escrito en 1999. En él alternaba poemas en lengua catalana y castellana, al tiempo que incluía una obra clave en su trayectoria, donde exponía su añoranza al descubrir que no se puede regresar a lugares que ya no existen.
Margarit también escribió otras obras dedicadas a su hija. En 'Joana', hizo referencia a los 8 meses de enfermedad que sufrió su descendiente que, afectada por el síndrome Rubinstein-Taybe, falleció a la pronta edad de 30 años.
Otro poema destacado de Joan Margarit fue 'Cálculo de estructuras', escrito en 2005, en el que hablaba de su profesión y el dolor, el recuerdo y la vejez; o 'Casa de misericordia', en 2007, con el que ganó el Premio Nacional de Poesía 2008 poniendo la tilde en la tristeza como protagonista de la obra.
Los poemas más destacados de Joan Margarit
Estos son algunos de los poemas más destacados de la trayectoria profesional del difunto poeta Joan Margarit.
Del libro 'Aguafuertes', de 1998
'No tires las cartas de amor'
"Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
-esta flecha de sombra-
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán los libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura".
Del libro 'Casa de misericordia', de 2007
'El buscador de orquídeas'
"No había en casa libros adecuados
para el desasosiego adolescente.
Los de urbanismo eran aburridos
y Cataluña, pueblo desdichado
me parecía un título muy triste.
Cogí el Mein Kampf, un breve libro negro
que tomé por profundo. Así empecé
por el lugar más sucio de la literatura.
Las palabras de Hitler, tan vulgares,
eran un pozo negro.
No lo he olvidado, pese a que no lo recuerdo.
Me di de bruces con la realidad.
Fue allí donde empezó la poesía,
difícil y sin falsas esperanzas.
He hecho siempre como el jabalí,
que busca y, delicado, escoge y come
el bulbo -conocido como el orquis–
de la orquídea".
Del libro 'No estaba lejos, no era difícil', de 2010
'Lectura'
"Penetro en otras vidas.
Llevo días leyendo, pero ahora
alzo los ojos porque me doy cuenta
de que apenas sé nada de quien escribió el libro.
Me avergüenza no conocer
más que su lucidez. Toda supervivencia
es esta especie de conversación
silenciosa y sin tiempo. Es algo aterrador
y ocurre en el abismo de la mente,
un frío cielo azul en el que el amor es
la única forma de posteridad".
Del libro 'Todos los poemas (1975-2015)'
'Dignidad'
"Si la desesperanza
tiene el poder de una certeza lógica,
y la envidia un horario tan secreto
como un tren militar,
estamos ya perdidos.
Me ahoga el castellano, aunque nunca lo odié.
Él no tiene la culpa de su fuerza
y menos todavía de mi debilidad.
El ayer fue una lengua bien trabada
para pensar, pactar, soñar,
que no habla nadie ya: un subconsciente
de pérdida y codicia
donde suenan bellísimas canciones.
El presente es la lengua de las calles,
maltratada y espuria, que se agarra
como hiedra a las ruinas de la historia.
La lengua en la que escribo.
También es una lengua bien trabada
para pensar, pactar. Para soñar.
Y las viejas canciones
se salvarán".