California experimentó en los años 70 la peor sequía de la historia. Como consecuencia muchas piscinas quedaron desocupadas porque estaba prohibido malgastar agua y fueron presa de los skaters.
Decenas de jóvenes recorrían las calles de Santa Mónica y entraban en cada casa con una piscina vacía para patinar en ella. Ahora un documental recupera los orígenes del skate.