ENTREVISTA EN ESPEJO PÚBLICO
Juan José Padilla fue una de las personas que ayudó a Francisco Rivera a salir de la plaza de toros de Huesca, uno de los primeros que saltó al ver la imponente cogida. Cuenta que lo hizo "como lo haría otro compañero y como, en muchos casos, lo ha hecho Francisco" con él y "con otros toreros y banderilleros".
El maestro ha explicado que en un principio no sabían donde se encontraba el foco de aquella sangre, hasta que "él se llevó la mano al vientre". Rivera "era consciente de la cornada", añade.
Una vez en la sala, después de dejarle en manos de los doctores, asegura que fue inevitable no acordarse de su padre Paquirri. Ha recordado en cómo le había cogido ese toro, "lo arrolló con el capote y la tragedia recordó mucho a la del maestro Paquirri".
Ha aprovechado para agradecer la labor del "equipo técnico de la plaza", y ha asegurado que gracias a ellos "él está ahora mismo recuperándose". Los doctores le han confirmado que "lógicamente la evolución va a ser muy lenta, pero es muy favorable".
Padilla ha defendido su profesión calificándola como aquella en la que "se siente de verdad, se sufre de verdad y se muere de verdad. Es un espectáculo en el que los toreros nos entregamos y pagamos este tributo".
Al ser preguntado por el incidente de Morante, que se negó a matar a un toro como reivindicación contra la policía, ha explicado que "esas circunstancias son desgraciadamente injustas".