12.000 PERSONAS EN EL PALACIO DE LOS DEPORTES
Con las entradas agotadas desde principios de diciembre, el Palacio de los Deportes de Madrid se quedó pequeño ante las más de doce mil personas que se congregaron para disfrutar de las letras del malagueño.
Los escasos veintidós años de Alborán no le supusieron un impedimento a la hora de enfrentarse a un aforo de semejantes dimensiones. Obligado a retrasar ligeramente su espectáculo para que todos los asistentes pudieran acceder al recinto, el cantante apareció, pasadas las 21:00 horas, sentado sobre un sofá colocado estratégicamente en uno de los laterales del escenario. Con la única compañía de su guitarra, interpretó "Perdóname" y "Desencuentro", gracias a las que despertó los primeros aplausos de la noche.
"En diez meses habéis hecho que mi sueño se cumpla. Gracias de corazón", agradeció sonriente a los presentes en la primera de sus alocuciones. Rodeado del resto de la banda y alzándose sobre un mar de brazos moviéndose al ritmo de sus melodías, Pablo Alborán ofreció una sentida interpretación de "Ladrona de mi piel", que puso fin a la tranquilidad que había reinado hasta entonces.
"Vuelve conmigo", "Caramelo" y, sobre todo, "Volver a empezar" pusieron en pie a un público que agradeció la entrega del artista andaluz coreando "¡Tú sí que vales!" entre canción y canción. Cambiando radicalmente de registro , el cantante acometió a continuación un breve pero intenso "set" acompañado únicamente por su pianista. Tras versionar "Deja de volverme loca", de Diana Navarro, el malagueño se lanzó a su composición más popular, "Solamente tú", que fue coreada con energía por las miles de almas que observaban encandiladas desde sus asientos. Más tarde, Alborán revisó dos clásicos de la música, "More Than Words", de Extreme, y "Ain't No Sunshine".
"Te he echado de menos", "No te olvidaré" y "Me colé por la puerta de atrás" abrieron el camino a la contundente "Loco de atar", tras la cual abandonó momentáneamente las tablas. Poco después, reaparecía para culminar la velada con unos bises que, como pronto se pudo comprobar, estaban cargados de sorpresas. La primera llegó de la mano del barcelonés Sergio Dalma, junto al que hizo sonar por segunda vez "Solamente tú", que alcanzó una nueva dimensión gracias a sus inconfundible voces.
"Te lo mereces, amigo, te lo mereces", le recordó Dalma mirando a las abarrotadas gradas. El segundo invitado fue el italiano Tiziano Ferro, junto a quien colaboró en una olvidable interpretación de "Desencuentro", que evidenció la incompatibilidad de sus timbres de voz. Para rematar el espectáculo, Alborán contó con la presencia sobre el escenario de una de las mejores voces del país vecino, la portuguesa Carminho, que participó en la grabación de "Perdóname" para su último disco.
Agradecido por su presencia, el joven músico cedió el protagonismo a su amiga, quien cantó un sentido fado, género del que es una de las mayores especialistas que existen en la actualidad. El fin de fiesta definitivo lo puso "Volver a empezar", que, una vez más, logró el aplauso unánime de un público que se despidió de Pablo Alborán con una gran ovación.