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Arte

La obra de la olvidada y genial pintora Rosario Velasco vuelve a colgarse en el Thyssen-Bornemisza

El próximo 18 de junio, Toya, verá cumplido su sueño: ver colgada en uno de los museos más importantes del mundo, el Thyssen Bornemisza, la obra de su tía abuela, la pintora Rosario de Velasco.

"Este cuadro se llama Lavanderas. Lo tiene mi familia, y es el germen de todo, de todo el proyecto", explica Toya Viudes, sobrina nieta de la gran artista Rosario de Velasco. "Crecí con él, me empeñé en recuperar a Rosario, pero en el mejor de mis sueños pensé que lo iba a ver colgado en las paredes del Museo Thyssen", señala.

A veces los sueños se hacen realidad y el de Toya se ha cumplido. ¿Cómo lo ha logrado? Con un eficaz uso de las redes sociales. "Hay casos de personas que tenían esos cuadros y se veían en una doble página con la imagen de sus cuadros, y se decían: pero si yo tengo esos cuadros", apunta.

En este sentido apunta que se ponían en contacto ella: "Siempre hemos encontrado una total disposición del prestador a dejarnos el cuadro".

Han aparecido 254 obras, entre lienzos e ilustraciones, de las que se ha hecho una exhaustiva selección. "En este caso se ha restaurado muchísimo y se ha hecho, se ha hecho para presentarlas perfectas, en su estado de conservación, de limpieza, etcétera", asegura Helena García, Comisaria Técnica de la exposición que se inaugura el 18 de junio y permanecerá hasta el 15 de septiembre.

Toya Viudes ha encendido las redes sociales con la búsqueda de obras de su tía abuela

Es el colofón a una bella historia: desde niña, Toya Viudes, contemplaba el cuadro de su tía abuela que colgaba en el salón de la casa de sus padres. Le fascinaba, pero hasta que no viajó a Madrid no se dio cuenta de la dimensión de su genialidad.

En el Museo Reina Sofía descubrió que una de las obras más icónicas "Adán y Eva", era obra de Rosario de Velasco. Desde entonces, decidió mover cielo y tierra para que su familiar fuese justamente reconocida.

De Velasco, empezó como ilustradora a comienzos del siglo XX. Dotó de imágenes a los relatos de María Teresa de León, esposa de Rafael Alberti, entre otros. Aunque Rosario aspiraba a mucho más y empezó a pintar cuadros de cada vez mayor envergadura.

Influenciada por el neoclasicismo italiano y la pintura alemana, creó su estilo propio en el que recreaba innumerables escenas de su cotidiano.

Su arte no fue sólo reconocido en la II República. En 1932 ganó el segundo premio nacional de Bellas Artes. No ganó el primero, por el simple hecho de ser mujer. No había precedentes y decidieron darle el segundo. Sus obras colgaban en ciudades como Pittsburgh, donde también triunfó en un certamen, al lado de otros grandes creadores como Salvador Dalí. Viajera intrépida visitó con el dinero de uno de sus premios Leningrado, la actual San Petersburgo. Después de la Guerra Civil, y como muchas otras mujeres, cayó en un mayor ostracismo y aunque siguió trabajando hasta poco antes de morir, ya no tuvo el reconocimiento que llegó a tener en su juventud.

En su juventud, antes de la Guerra Civil, Rosario de Velasco era una pintora reconocida y premiada

Uno de los objetivos principales de esta exposición es devolver al puesto que se merece a Rosario de Velasco, una de las mejores pintoras de la historia. Son 64 obras, correspondientes a la primera etapa de la artista. Muchos de estos trabajos han sido recopilados en colecciones particulares o de otros organismos y su sobrina nieta no pierde la esperanza de que esta muestra sirva para encontrar aún muchos más. "Ya hemos hecho esto, ahora hay que seguir otras pistas para seguir descubriendo a Rosario" reflexiona en alto Toya, quien está convencida de que más obras de su tía abuela duermen en las casas y organismos de otros países.

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