Teatro Real
Este fin de semana visita nuestro país una de las compañías de danza más prestigiosas del mundo: el New York City Ballet. 57 bailarines, entre ellos el español Aaron Sanz, presentan un repertorio que mezcla clasicismo y modernidad.
No sólo escuchar, también ver sobre el escenario a compositores como Corelli, Vivaldi y por supuesto a Chaikovskies lo que nos ofrece estos días el New York City Ballet.
"Hemos incorporado la energía, la diversidad, el dinamismo de una ciudad chispeante como Nueva York, y eso lo trasladamos a la escena", comenta Jonathan Stafford, exbailarín y actual director artístico de esta compañía.
Una compañía muy ligada a Nueva York, la ciudad donde nació
Su fundador revolucionó el mundo de la danza: el soviético, nacido en Georgia, Georges Balanchine. "Ha creado obras maestras que se crearon en 1929 y que las ves hoy en el escenario y parecen creadas por un coreógrafo de hoy en día", afirma otro exbailarín y hoy día director de repertorio de la NYCB, el también español, Gonzalo García.
El soviético refugiado en Estados Unidos, Georges Balanchine, fundador de la compañía
Otra prueba de que en esta compañía los españoles son muy bien acogidos, como también lo fue Joaquín de Luz, actual director de la Compañía Nacional de Danza.
"Van a ver a los bailarines moverse mucho más rápido, que quizá otras compañías, más rápido, más lejos, y además en este teatro, en este escenario más grande, perfecto para ello, se va a ver muy bien", relata Aaron Sanz, bailarín solista madrileño, que fue captado para este grupo estadounidense.
Joaquín de Luz, Gonzalo García y Aaron Sanz, entre las estrellas españolas de la NYCB
El New York City Ballet visita España cuando se cumple el 75 aniversario de la fundación de esta prestigiosa compañía. Desde los años cincuenta del pasado no visitaban nuestro país. Fieles a sus orígenes este grupo fundado en 1948 sigue apostando por la innovación y sobre todo, por llevar al límite, la exigente técnica de la danza.
"Estas compañías tienen que estar nadando necesariamente entre dos aguas; por un lado, lo que hacen es preservar la tradición y por el otro tienen que estar abiertos a lo que es el lenguaje coreográfico más contemporáneo", concluye Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, coliseo que alberga estos días las representaciones.
Prueba de lo que comenta Matabosch es la pieza que cierra el espectáculo en la que los bailarines cambian las zapatillas de ballet por deportivas con un objetivo: identificarse con los jóvenes.