MUSEO DEL PRADO
Maite, restauradora del Prado desde hace 32 años, habla de su profesión como 'amor al arte'. Para ella, la sensibilidad es una de las características que definen a los amantes de esta práctica.
'Adán y Eva' de Durero, es la última obra en la que está trabajando. Esta pareja de pinturas a punto estuvo de ser quemada por orden de Carlos III por ser obscenas para la época. Por ello estuvieron sin exhibirse públicamente hasta 1833. Después de verano volverán a mostrar su desnudez tal y como las creó el artista.
En el departamento de restauración del Museo del Prado trabajan más de 30 técnicos. Su especialidad es el erotismo artístico.
Radiografías, análisis químicos y biológicos dejan al desnudo los secretos de los cuadros, ya que detrás de una gran obra, siempre hay grandes restauradores.