LLENA EL PALACIO DE LOS DEPORTES

Michael Bublé pone glamour y mucho corazón en su concierto en Madrid

Durante dos horas, el cantante canadiense encandiló al público entre temas clásicos y propios y le fue transportando entre un mundo paralelo a 'El gran Gatsby' (por su llamativa escenografía), el rock de los 60 y la nueva savia del 'swing' del siglo XXI.

Esmoquin impecable, un torrente de voz, simpatía y mucho corazón. Son los ingredientes con los que Michael Bublé deleitó a un público entregado de forma incondicional en Madrid, segunda y última escala de su gira mundial por España tras su paso por Barcelona. Un equipo de músicos de categoría y una escenografía elegante fueron el acompañamiento perfecto de un concierto que duró dos horas entre versiones de míticos temas clásicos y canciones propias del canadiense, sin duda el mejor 'crooner' del siglo XXI.

Que la última canción del espectáculo fuera 'Song for you' (de Leon Russell), por segunda gira consecutiva (ya consiguió ponernos la piel de gallina con este cierre en su anterior paso por Madrid), resume una de las intenciones de Bublé cada vez que se sube a un escenario: dejarse la piel para complacer a su público. Terminar cantando sin micrófono y llenar sólo con su voz, y un ligero acompañamiento de piano, el Palacio de los Deportes fue el broche a una gran noche.

El toque sensual con el que terminó el 'crooner' fue una de las esencias del concierto, pero no la única. Porque lo que dominó fue la sensación de transportarnos a un mundo muy similar al de la película 'El gran Gatsby', por glamour y por escenografía. 'Fever' fue el tema con el que empezó el espectáculo y siguió con 'Haven't met you yet', uno de sus mejores temas propios.

Después llegó el primer 'speech' con su público, que intentó hacer en un español que muy poco a poco va mejorando. No en vano, está casado con la argentina Luisana Lopilato, con quien tiene ya un hijo. Bublé es cantante pero también 'showman', de los que disfruta interactuando con las gradas. Y eso alcanza su máxima expresión más adelante en su espectáculo.

Es larga la sombra de Frank Sinatra. Que Bublé opte más por versiones de 'La Voz', entre otros, más que por temas propios tiene sus detractores pero también sus partidarios. Porque el canadiense, siempre de la mano de su amigo, pianista y compositor Alan Chang, consigue revitalizar esos clásicos, darles nueva calidez y adaptarlos a una nueva época para que el 'swing' no caiga en el olvido.

'You make me feel so young', 'Come dance with me', 'Feeling good', 'I've got the world on a string'... permiten disfrutar de una excelente banda de músicos, entre ellos una impresionante sección de vientos formada por ocho intérpretes. Y también una sección de cuerda, compuesta por ocho mujeres, con las que llega el clímax más romántico de la velada: la sobrecogedora 'That's all' y 'Close your eyes', una de las mejores canciones de su último disco y de su carrera, además de la mágica 'How can you mend a broken heart' y su clásico particular 'Home'.

'Who's loving you' y 'I want you back', de los Jackson Five, 'To love somebody', de Bee Gees, y 'All you need is love', de The Beattles, fueron el viaje a los 70 que interpretó (junto a Naturally 7, excelentes teloneros) en un escenario justo en el centro del foso donde tomó contacto, literalmente, con sus incondicionales. Estrechando manos, haciéndose fotografías y eliminando distancias físicas con sus incondicionales. Y, mientras volvía al escenario, miles, millones de confetti con forma de corazón, invadieron el Palacio.

A destacar también la escenografía, que permite que los músicos vayan cambiando posiciones en un escenario deslizante. Una gran pantalla con proyecciones ayuda a crear la sensación de viaje en el tiempo que requiere cada una de las canciones. Y sobre el público, mezcla de edades, porque los clásicos son siempre intemporales pero la juventud de Michael Bublé consigue descubrir los 'standard' a las nuevas generaciones para que perduren por siempre.

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