Literatura
En un frío día de otoño llegamos al antes monasterio y ahora Parador Nacional de Santo Estevo de Ribas de Sil donde nos recibe María Oruña (Vigo, 1976).
"Podemos hablar donde queráis", nos dice la escritora: "La magia la tenemos asegurada en cualquier rincón". Nos decidimos por el claustro y, mientras sentimos como la niebla entra por cada uno de los arcos del patio, comprobamos lo cierto de sus palabras.
"Busco que el lector sea un viajero del tiempo..."
"Escribo mejor de lo que conozco a fondo y he visitado estos bosques y este lugar muchas veces". Afirma que 'El Bosque de los cuatro vientos' es un canto de amor a Galicia, "a todas las galicias que conozco, la de mar, de interior, de los bosques: piedra, agua, musgo... absolutamente todo".
La Galicia legendaria
Cuenta la leyenda que en el siglo X en el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil nueve obispos decidieron refugiarse y pasar sus últimos días. Sus anillos poseían poderes mágicos y curativos. Pero cuando los religiosos recibieron sepultura se perdió la pista a tan preciadas alhajas.
El misterio sigue 1.000 años después en 'El Bosque de los cuatro vientos'. Jon Becquer, un peculiar antropólogo, será quien busque los anillos. En su aventura se encontrará con un cadáver que nos llevará hasta Marina, una joven del S.XIX que también vivió en este lugar. Con Marina “quiero hacer un homenaje a esas mujeres que luego no van a salir en los libros de historia pero que son las que rompieron el camino que estaba fijado o prefijado para ellas y que le abrieron el camino a las que vinieron después”
La obra es un canto "a todas las galicias que conozco, la de mar, de interior, de los bosques: piedra, agua, musgo... absolutamente todo"
En cuanto al personaje de Becquer podría ser el álter ego de la propia María Oruña "en esta historia sí porque muchas de las cosas que hace él a lo largo de la novela las hice yo misma a la hora de visitar el archivo diocesano, de internarme en los bosques buscando respuestas y haciendo muchas preguntas".
Hallazgo de cuatro anillos
Y de la Galicia de leyenda a la real. Tres meses después de la publicación del libro de María Oruña, mientras se realizaba la restauración de los relicarios laterales de la iglesia se hallaron cuatro de esos nueve anillos. Fue gracias a la restauradora Vania López -Amelia en la novela- que insistió en abrir una bolsa que le pareció diferente "me llamó mucho la atención y fue una sorpresa enorme. Lo habitual es que encontremos restos humanos pero no anillos".
El lector, un "viajero del tiempo"
"Busco que el lector sea un viajero del tiempo, que sea un aventurero, que al adentrarse en una novela histórica también desacelere el paso y se adentre conmigo en este bosque y se cuestione todo". María Oruña respeta la "inteligencia del lector" y asegura que le gusta ver cómo va decidiendo y sacando sus propias conclusiones "sin que yo de ninguna".
La escritora apuesta porque el lector sea el que decida qué camino sigue después. "Busco ofrecerle una aventura, un paseo por el tiempo y por Santo Estevo".
El misterio continúa en la Ribeira Sacra
Quedan por descubrir 5 de los 9 anillos. Le preguntamos a la autora de "El bosque de los cuatro anillos" si va a ir a por ellos y, sin pensarlo, responde "una escritora debe seguir siempre buscando e investigando".
Nuestra curiosidad quizás encuentre respuesta si nos sumergimos, de nuevo, de la mano de María Oruña en esta Galicia secreta de la Ribeira Sacra.