LOS VECINOS PREFIEREN LA TALLA RESTAURADA
Algo parecido a lo que ya sucedió con el Ecce Homo de Borja, ha vuelto a ocurrir en la ermita de Rañadorio, en Asturias. En esta ocasión ha sido una vecina de ese pequeño pueblo que decidió pintar esa y otras tallas porque dijo que estaban "horrorosas".
Patrimonio histórico y cultural de Asturias ha abierto un expediente informativo de lo que algunos llaman "restauración" y la mayoría "aberración".
La encargada de transformar las tres tallas de madera trabaja en un estanco, y prefiere no atender a los medios. Consciente quizás, de las ineludibles comparaciones con Cecilia, la pionera de Borja y su 'Ecee Homo'.