Exposición en Madrid
La exposición 'Camino de Resiliencia' organizada por la Fundación ONCE en la sala "Centro-Centro" del Palacio de Cibeles de Madrid sorprende como pocas por los artistas que reúne. Muchos de ellos tienen enfermedades mentales y otros llaman la atención en sus obras sobre esta lacra que pasa por el suicidio, la depresión o la soledad no deseada.
Berta 'Loca López' nos recibe junto a sus cuatro cuadros seleccionados en esta exposición. Uno de ellos es simplemente un número: el 024. Es el del teléfono de la prevención del suicido y que ella, Berta, ha marcado más de una vez. "No sólo es importante por llamar al teléfono sino por las 24 horas que debes de pensar antes de hacer lo irremediable".
Berta está diagnosticada con depresión "sufrí muchos altibajos. Es muy duro y no sabes porqué estas así", añade. Ella, decidió refugiarse en el mundo del arte que, sentencia sin ápice de dudas, "me salvó del suicidio". De hecho sus cuadros reflexionan sobre ese viaje eterno que cada vez cuenta con mayor atención social. "Ahora", nos cuenta Berta, "estoy bien, pero sigo con medicación, sigo en guardia, atenta".
"Sí, ahora comienzan a tomarse en serio los distintos problemas que existen", prosigue. Hablando sobre su arte nos dice que "fue como expresar lo que llevas dentro, aunque no lo sepas muy bien, pero sirve de escape". Ella pasea por la exposición y se fija en cuadros que también aluden a la salud mental. Vemos una virgen cuyo manto son pequeñas pastillas contra distintas patología mentales.
La ansiedad, la esquizofrenia y la bipolaridad es expresada por distintos artistas. Mercè Luz nos dice que "el arte puede expresar el problema y además puede servir como terapia. En la creación tienes que mirar muy dentro de lo que eres" y, añade, "siempre ha sido así porque el artista trabaja en la continua búsqueda"
En la exposición vemos cuadros pintados por lo que antes se conocía como enfermos mentales. "Algunos estuvieron mucho tiempo en psiquiátricos", nos señala Luz, que nos cuenta que este arte se denomina 'Art brut'. Es un término acuñado en 1945 por Jean Dubuffet para referirse al arte creado por gentes ajenas al mundo artístico, sin una formación académica, en su mayoría con problemas mentales. "Él quiso buscar la ingenuidad de los que están alejados de la realidad, sin condicionante de tendencias y modas artísticas, la expresión por la expresión", nos precisa Luz.
Lo hace frente a un cuadro en el que vemos la mirada de una mujer ojerosa, semi agachada y con el pavor en su rostro de los que no entiende la realidad ni el infierno interior que les azota. También vemos esculturas de "El Buzo", artista cubano que se dedicó a llenar maletas con aquellas cosas que encontraba en la calle o en las playas del país caribeño de quienes tenían que salir de la isla. Pero si de calle hablamos, es un cuadro de Basquiat el que nos lleva a las de Nueva York. El artista de origen haitiano nació en una familia bien de la "gran manzana" pero rápidamente se echó a las calles convirtiéndose en un "homeless". Warhol lo saca de las calles para convertirlo en uno de los pintores más representativos del "pop art"
Dicen que Basquiat se relacionó con Madonna, cuando se aleja de las calle y fiestas en galerías. Un tema que los unía, menciona Madonna en una entrevista era la música "Miles Davis y Charlie Parker" y como el segundo calló en la heroína. En 1988 se instalan exposiciones suyas en París y Nueva York, y en abril de ese mismo año trata de abandonar sus adicciones, retirándose a su casa de Hawái. Vuelve a Nueva York en junio, anunciando que se ha liberado de las adicciones, pero el 12 de agosto de 1988, a los 27 años, muere por sobredosis de heroína, siendo el artista visual más exitoso en la historia del arte afrodescendiente. Fue el gran ejemplo del "Art Brut" al iniciar su arte con una longevidad pocas veces vista, sin influencias en sus primeras obras
También en la exposición hay una sala dedicada a la soledad no deseada. Varias obras rodean una escultura de un hombre tumbado en el suelo. Vemos una mujer de avanzada edad lanzando un cocktail molotov contra la ventana, en alegoría al mundo que le abandona. También la famosa obra de Hooper, de una mujer sentada en la cama de un hotel o un joven mirando a su perro con la ciudad vacía. En definitiva, encontramos una exposición que es una llamada de atención sobre la salud mental en forma de creación artística, pero también como terapia ante este problema universal.
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