Cine
Carolina Yuste y Luis Tosar protagonizan este trepidante 'thriller'.
Este viernes llega a los cines 'La infiltrada', una película basada en la historia real de una policía nacional que estuvo dentro de ETA durante ocho años. Carolina Yuste y Luis Tosar protagonizan este trepidante 'thriller'.
En 1992, una agente de la Policía Nacional de 22 años se infiltró en ETA bajo el pseudónimo de Aranzazu Berradre. La historia de esta mujer que logró convivir con miembros del comando Donosti y facilitó su detención se pone sobre la mesa con la película 'La Infiltrada', de la mano de la directora Arantxa Echevarría, con el fin de reivindicar la figura de una mujer olvidada por la historia.
"Si la infiltrada hubiera sido un hombre ya habría tres películas sobre él", remarca Echevarría en una entrevista con EFE a propósito del estreno del filme, que llega a los cines este viernes para ofrecer al espectador un thriller en el que, en palabras de su directora, "por fin la protagonista es una mujer que no está sexualizada, ni es la novia de, si no que ella es el personaje".
El cine social es una seña de identidad de la directora bilbaína, que tras ahondar en las relaciones LGTBI dentro de la sociedad gitana en 'Carmen y Lola' y la discriminación racial en España con 'Chinas', ahora aborda la memoria sobre la banda terrorista ETA, un tema que le toca "de cerca", aunque no se aleja de su característica mirada feminista.
En 'La Infiltrada', la protagonista se tiene que enfrentar a una doble discriminación. Por un lado, la que nace desde dentro de la propia Policía Nacional, que no cree en la capacidad de una mujer de convivir con los terroristas sin ser descubierta,. Por otro lado, la de los etarras, que no la ven como una igual y le exigen que actúe como una especie de "cuidadora" de los hombres dedicados a la lucha armada.
"El machismo es transversal en los bandos. Son dos mundos tremendamente testosterónicos", señala Yuste, con quien coincide con Luis Tosar, que interpreta al inspector jefe Ángel Salcedo, el 'Inhumano', encargado de articular y dirigir el operativo. "Da igual la poli que un comando de ETA, mal que les pese tienen algo en común", bromea el actor.
A pesar de ese contexto, "una mujer cobró una identidad, superó todo eso y consiguió algo que no había conseguido nadie hasta ese momento", explica Echevarría, quien ensalza los logros de Berradre: decir que la tregua anunciada por ETA en 1998 era falsa, infiltrarse en el comando Donosti, salvar ocho vidas de jueces, policías y políticos, y facilitar la detención de los etarras Sergio Polo y Kepa Etxebarria en 1999.
Convivió con ellos cerca de un año presentándose como militante del Movimiento de Objeción de Conciencia de Logroño. Para ello, ya había pasado casi una década infiltrada en la izquierda abertzale de Donosti, para lo que tuvo que cortar lazos familiares e inventarse una nueva identidad.
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