EL TORERO NOS ABRE LAS PUERTAS DE SU CASA
José Miguel Arroyo, 'Joselito', 43 años. Figura del toreo en los años noventa. Acaba de publicar su biografía que comienza con una frase rotunda: "El toreo me salvó de las drogas".
"Pude ser un delincuente, sí. Mi padre era un tío muy majo, pero era muy majo de puertas para fuera". "Vio que se ganaba más facil el dinero traficando con estas cosas y al final, bueno, pues el mundo en el que estaba metido era el de la droga", explica el torero.
'Joselito' nos cuenta cómo visitaba a su padre en la cárcel. "Esa sensación de ver el cristal y no poder tocarlo, de ver que está ahí...". Entonces llegan los toros y en ellos "encuentro a mis padres adoptivos y todo empieza a cambiar".
En el año 86 toma la alternativa y en el 87 un toro le rebana el cuello en la Plaza de Las Ventas, pero él no se plantea dejarlo. "No, cuando me pegó la cornada y vi que era capaz de sobreponerme... me dio más fuerzas para seguir, lo estaba deseando".
Sobre sus espaldas, la experiencia y la humiltad de un grande. Sobre el éxito no duda: "Me di cuenta de que eso que estaba esperando era una cosa banal".
También fue uno de los toreros que defendió en el Parlament de Cataluña la fiesta taurina, aquel fue un toro difícil... "Más que difícil es que no hubo
faena. Yo me sentí muy imcomprendido. Es como esas tardes que haces cosas pero la gente no conecta contigo".
Sobre su retirada, 'Joselito' es claro: "Nunca me arrepentí de dejar de torear y no era tan joven porque tenía 34 años". Además, se muestra convencido de que los toros "son un expresión cultural porque hay ritmo, musicalidad, belleza, plasticidad...".
Por eso no dudaba en jugarse la vida ante un toro. "No es una profesión es una forma de vivir, es como una religión", explica.
En cuanto a las supersticiones, comunes en el mundo de los toros, 'Joselito' confiesa entre risas "recuerdo que me regalaron unos calzoncillos de estos de pata que tenían unos elefancitos. El día que me los puse debí de cortar orejas así que todos, todos los días me los ponía. Había veces que me iba de viaje y todas las noches los lavaba, era una idiotez".
'Joselito' se despide con una predicción, mitad deseo. Cree que los toros "llegarán al siglo XXII, y al XXIII también".