Joquín Sabina
Joaquín Sabina, acompañado por Leiva, subirá por primera a vez a un escenario desde su accidentada actuación en el Wizink Center de Madrid el 12 de febrero de 2020.
Ni un ictus, ni varias caídas del escenario, ni una depresión pudieron con Joaquín Sabina. Tuvo que ser el coronavirus el que lo retiró temporalmente del escenario. "No pienso volver mientras la gente esté con mascarilla", dijo hace unos meses el onubense. Dos años después de su último concierto, el 12 de febrero de 2020 en el Wizink Center, se subirá de nuevo al escenario para la gala de los Premios Goya. Lo hará junto a Leiva y también estará Luz Casal.
Su vuelta al ruedo coincide con su 73 cumpleaños. El bombín más famoso es conocido por no callarse ante nada ni nadie. No es amigo de los medios, sus apariciones en los últimos años son contadas. Quienes han ido a sus conciertos han podido ver al auténtico Joaquín Sabina. Comparte, cigarro en mano, sus reflexiones entre canción y canción. Sabe que los que van a verle son de los suyos.
Comenzó en la música con 14 años cuando fundó su primera banda de rock llamada 'Merry Young'. En 1970 fue arrestado por su propio padre al pertenecer al Partido Comunista y tuvo que abandonar el país. Durante siete años vivió en Londres y allí comenzó a tocar en bares y pubs. Dos años después de la muerte del Caudillo, regresó a España. Su primer puñetazo le llegó a mediados de los años 90 cuando tuvo que cancelar varios conciertos porque su voz mudó. Sin embargo, el onubense consiguió reponerse y concibió, junto con Alejo Stivel, uno de sus discos más aplaudidos: '19 días y 500 noches'.
La vida de Sabina ha transcurrido entre bares, humo, alcohol y drogas. En los garitos más oscuros escribió sus mejores canciones. Tuvo varios matrimonios, pero nunca quiso un amor civilizado, ni catorces de febrero, ni París con aguacero. Confundió durante mucho tiempo las estrellas con luces de neón. Sin embargo, en junio de 2020 se dio el 'sí quiero' con Jimena Coronado, su Rosa de Lima. Nunca fue un padre modelo, Carmela y Rocío llegaron a su vida a pesar de que él había jurado morir sin descendencia.
El Madrid de Sabina
Para muchos, Sabina es uno de los mejores relatores de la capital. Aterrizó en Madrid a finales de los 70. Dos años después publicó su tema 'Pongamos que hablo de Madrid'. El de Úbeda ha escrito varios himnos a la capital. Aficionado sufridor del club de fútbol Atlético de Madrid, Sabina escribió una canción para el centenario del Club. Se ha "dejado la vida" en sus rincones y ha visto el mar dentro de un vaso de Ginebra. Tirso de Molina, Sol, Gran Vía yTribunal son sus refugios, y también las estrofas de su canción 'Caballo de Cartón'.
Las vivencias nocturnas de Sabina sirvieron para construir su fabuloso cancionero sobre la fauna madrileña. Desde la posguerra con 'De Purísima y oro' hasta un hilarante atraco con 'Pacto entre caballeros'. Esta noche se sube al escenario de nuevo. Quizá quiere demostrar que sigue durmiéndose en los entierros de su generación. Tan joven y tan viejo, like a rolling stone