PISTOLETAZO DE SALIDA
La veteranía de sus músicos les convertía en dos de los conciertos más importantes de la primera noche del festival Sonorama, pero ni el ex de Los Ronaldos, Coque Malla, ni los ritmos sureños de La Frontera lograron ganarse el favor del público del mismo modo que el indie pop de Miss Caffeina.
Cerca de 10.000 personas, según fuentes de la propia organización, acudieron a la jornada de puertas abiertas de un evento que este año celebra su décimo cuarta edición en la localidad burgalesa de Aranda de Duero. El pistoletazo de salida lo daban, pasadas las 20:30 horas, La sonrisa de Julia, que, pese al calor asfixiante que todavía se mantenía en el ambiente, lograron convencer a las no más de 400 personas que se acercaron para disfrutar de temas como "Grito", "Bipolar" o "Loco".
Tras ellos, llegó el turno de Eladio y los seres queridos, que sorprendieron a los presentes con sus cuidadas letras. "Soy un suicida enamorado de la vida", recitó su vocalista en "La Cruz", acompañado de una eficiente banda. Ya entrada la noche, el escenario principal recibió a Coque Malla. Quizás la elección de los temas no fue la más acertada, o puede que el error residiese en la hora escogida, pero lo cierto es que el ex cantante de Los Ronaldos no logró implicar a muchos de los asistentes.
Con "Despierto", arrancó un concierto con demasiados temas rozando lo acústico. Su gran voz y la entrega de la que hicieron gala todos sus músicos no fueron suficientes para hacer despegar a un repertorio que habría lucido más en un espacio diferente. Uno de los mejores momentos de su espectáculo llego de la mano de "No puedo vivir sin ti", de Los Ronaldos, que vive una segunda juventud tras aparecer en el anuncio televisivo de una conocida compañía sueca. Los ritmos roqueros y las letras canallas de "Abróchate" y "She's my baby", llegaron demasiado tarde, casi al final, pero animaron a bailar a algunos de los espectadores.
Más fácil lo tuvo la formación de pop independiente Miss Caffeina, a la que cientos de personas esperaban en el escenario Ribera, incluso antes de que acabase el concierto anterior. "Ley de gravitación universal" y "Ley de imposibilidad del fenómeno" se ganaron pronto las palmas de un público con muchas ganas de divertirse desde el primer momento. La desgarrada voz de su cantante, Alberto Jiménez, en "N=3", dio paso a "Mecánica Espiral", y ésta a una de la sorpresa de la velada, la aparición de la vocalista ubetense Zahara, junto a la que interpretaron "Qué sabe nadie", de Raphael. "Respirar", "Mi rutina preferida" y "Cabaret", pusieron punto y final a un show potente y enérgico.
Una propuesta musical que cedió entonces el protagonismo a la veteranía de La Frontera, el grupo de rock que fundaron a mediados de los años ochenta Tony Marmota y Javier Andreu. La voz rasgada de este último y los ritmos sureños que la banda ha practicado desde sus inicios fueron las señas de identidad de su actuación.
Clásicos como "Viento salvaje", "Siete calaveras" o "Duelo al sol" consiguieron animar a un público que todavía era menor de edad cuando la formación lanzó éxitos como "Juan Antonio Cortés" o "El límite", que también sonaron en el recinto del Sonorama. Los roqueros Sex Museum y el indie de los gallegos Triángulo de Amor Bizarro, despidieron los conciertos de la noche del jueves. Sexy Sadie, que han regresado este verano tras cinco años de inactividad; el ex cantante de Los Piratas, Iván Ferreiro; la formación galesa Los Campesinos! y la propuesta electrónica de Delorean son algunos de los platos fuertes previstos para el viernes.